Beatriz Mazliah

Aquí, en el jardín del fondo de mi casa, las hojas del Ginkgo biloba caen en la acelerada cascada amarilla de mayo. Beatriz Mazliah ya no puede verlas, partió junto a Marcos Silber –sí, el mismo sábado 22– en el último poema que leyeron para sí después de haber compartido tanta poesía juntos.

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