Mariano Boedo, el prócer que dio nombre al barrio

En Buenos Aires muchos conocen el barrio de Boedo, la Avenida Boedo y la Plaza Boedo, pero no todos saben quién fue el que dio tal nombre a esos lugares. María Virginia Ameztoy

La ley 1043, sancionada el 19 de junio de 2003 por la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, instituye el 25 de julio como “Día del Barrio de Boedo” en coincidencia con el nacimiento del prócer de la Independencia. Boedo –no el barrio, sino el prócer, Mariano– cumpliría el 25 de julio 241 años de los cuales vivió sólo 37, el resto los cumple en la historia.

Para el centenario del natalicio de Mariano, un 6 de marzo de 1882, cobraban vigencia unas lustrosas chapas enlozadas que avisaban, a quien alzara la mirada, que estaba transitando por la calle Boedo, luego avenida.

El bautismo oficial dejaba de lado los apodos vecinales para reconocer al sendero. El “Camino de los huesos” o “de las tropas” –como también se lo solía nombrar– resultaba, de esta manera, ser la primera Boedo que, con la continuidad de Sáenz –así llamada a partir de 1893–, llega hasta Puente Alsina.

Boedo recién fue declarado oficialmente barrio –hace 55 años– por la Ordenanza Municipal Nº 23.698, el 11 de junio de 1968 refrendada en 1972.

 

En Buenos Aires muchos conocen el barrio de Boedo, la Avenida Boedo y la Plaza Boedo, pero no todos saben quién fue el que dio tal nombre a esos lugares. 

Mariano Joaquín Boedo nació en Salta el 25 de julio de 1782 y falleció en Buenos el 9 de abril de 1819. Fue abogado y vicepresidente del Congreso de Tucumán cuando se proclamó la Declaración de la  Independencia el 9 de julio de 1816.

Sus padres fueron Manuel Antonio Boedo y María Magdalena Aguirre. Su esposa fue Javiera Lesser del Castillo y era hermano del teniente coronel Juan Ramón Boedo, muerto en el ataque a la fortaleza de Talcahuano el 6 de diciembre de 1817.

Hizo sus primeros estudios en el Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Loreto, en Córdoba, donde cursó tres años pasando después a completar su carrera literaria en la Universidad de Charcas, donde por no poder pagar los derechos que demandaba el doctorado, su familia le costeó solo el título de Licenciado “in utroque” (en uno u otro derecho)  no obstante haber dado prueba de su capacidad en los estudios que realizó sobre leyes civiles y teología; en una carta a su madre decía: “Fuera de los tres exámenes de leyes que tengo dados –de los que salí con mucho lucimiento y aplauso– di uno de teología, el día 18 del presente mes, de sesenta cuestiones.  Salí con muchos más aplausos que en los de leyes, mereciendo que el rector de la Universidad divulgase mi habilidad por toda Chuquisaca y que hiciera mucha estimación de mí, hasta llegar a decirme que me dispensaría algún dinero del grado” (carta fechada el 25 de abril de 1803, archivada en el expediente de la testamentaria de Manuel Antonio Boedo).

Se graduó en la Universidad de Charcas en 1805; allí fue muy amigo de Mariano Moreno (1778-1811) abogado, periodista y político fuertemente influenciado por los autores de la ilustración francesa y que tan importante papel jugó en los acontecimientos de la Revolución de Mayo de 1810 como Secretario de la primera Junta. Esta vinculación de Boedo con Moreno hizo que éste lo nombrara asesor del coronel Juan Martín de Pueyrredón, quien en agosto de 1810 había sido designado por la Junta de Buenos Aires Gobernador intendente de Córdoba.

Boedo, fue Secretario de la Real Audiencia y estuvo también muy comprometido con la Revolución de Mayo de 1810 formando parte del Cabildo Abierto y realizando una gran actividad de difusión de los ideales del movimiento emancipador. En 1813 se hizo cargo del Gobierno de su provincia natal, Salta, por petición de Manuel Belgrano.

Cuando a fines de 1815 hubo desavenencias entre el general Rondeau y Güemes, Mariano Boedo fue designado por Güemes como su agente ante el Cabildo de Jujuy, para que gestionara un acuerdo amistoso con el fin de evitar un derramamiento de sangre. Las gestiones de Boedo fueron exitosas y Güemes fue reconocido por los cabildantes de Jujuy.

Los pueblos de las Provincias Unidas del Río de la Plata fueron convocados para nombrar sus representantes al Congreso General Constituyente que había de reunirse en Tucumán en el año 1816; la asamblea electoral de Salta eligió diputados a ese Congreso, al coronel José Moldes y a los doctores José Ignacio de Gorriti y Mariano Boedo, quien fue designado para que proyectara las instrucciones y poderes de que debían investirse los representantes. El Congreso, en la sesión del 2 de mayo de 1816, eligió como diputado por Salta al Dr. Mariano Boedo. En la sesión del 1º de julio del mismo año, el Congreso de Tucumán lo eligió su vicepresidente y en la sesión del día 9 se declaró la Independencia siendo presidente del mismo, Francisco Narciso Laprida.

Al histórico Congreso de Tucumán no acudieron los representantes de todas las provincias. Asistieron los diputados de Buenos Aires, Tucumán, San Luis, Catamarca, Mendoza, San Juan, La Rioja, Córdoba, Salta, Santiago del Estero, Alto Perú, Mizque, Charcas y Chichas.

Quedaron en el camino los partidarios de un estado federal y englobados en la Liga de los Pueblos Libres, ya que fueron interceptados por los partidarios del unitarismo que copaban la totalidad del Congreso*.

Durante la vicepresidencia de Mariano Boedo el Congreso de Tucumán sancionó, entre otras disposiciones, la emisión de moneda, el reconocimiento de la bandera nacional diseñada por Manuel Belgrano y el himno nacional. Pero también surgieron diferencias sobre la ciudad que debería ostentar la jefatura política de la nación.

Amigo y compañero del coronel José de Moldes (Salta 1º de enero de 1785 – Buenos Aires 18 de abril de 1824) en las sesiones de los días 14 y 15 de octubre, hizo moción para que se tratara su incorporación pero el Congreso se pronunció en contra, por cuanto Moldes, a su arribo a Tucumán, no comunicó su llegada ni tampoco envió sus poderes, pero debido a la actitud del Congreso cambió de opinión y en la sesión del 17, dos días después, presentó sus poderes; pero habiendo Godoy Cruz entablado contra Moldes una acusación por violación de correspondencia su incorporación fue rechazada.

Debido a este enfrentamiento entre Moldes y el Congreso, Boedo resolvió no asistir, a lo que el Congreso lo emplazó para que sin excusa ni réplica concurriera desde la sesión siguiente. El 25 de octubre Boedo envió una nota del gobierno de Salta, en la que se manifestaba al Congreso, que si no se trataba la incorporación de Moldes, se retirarían los demás diputados de Salta. Además se puso del lado de Moldes en sus prevenciones contra Buenos Aires y votó su candidatura para Director Supremo.

En enero de 1817 estaba desempeñando la presidencia del Congreso, cuando en la sesión del 18 de febrero de 1818 se recibió un acta de la Junta electoral de Salta, en la que se comunicaba que en reemplazo de Moldes y de Boedo, que terminaban su mandato, habían sido electos diputados por aquella provincia, el coronel Mateo Saravia y el Dr. Juan Marcos Salomé Zorrilla y en la sesión del 7 de noviembre, previo informe del diputado Salguero, se decretó la remoción de Boedo y la incorporación de Zorrilla.  Con este motivo, el Congreso le acordó un viático para que regresara a su provincia.

Con una frágil salud y económicamente quebrado llega a Buenos Aires donde pasa sus últimos días hasta que fallece el 9 de abril de 1819, a la edad de treinta y seis años. Sus restos se encuentran en la Basílica de San Francisco de Asís de la Ciudad de Buenos Aires.

Una calle, una plaza (comprendida por las calles Estados Unidos, Virrey Liniers, Carlos Calvo y Sánchez de Loria) y un emblemático barrio de Buenos Aires llevan su nombre.

 

(*) Véase “La memoria de nuestra Independencia”  https://wp.me/p78gKD-7sZ

 

 

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