Emergencia Alimentaria

En la sesión de ayer del Senado Nacional convirtió en ley la prórroga de la Emergencia Alimentaria hasta diciembre de 2022. Se aprobó de forma unánime, ni siquiera hubo abstenciones, 61 votos positivos: el candidato a vicepresidente de “Juntos por el Cambio” Miguel Ángel Pichetto, prefirió dedicar su tiempo a la campaña ante tan masiva concurrencia de sus colegas de la Cámara.

Como el Gobierno se había negado a implementar la emergencia por DNU, ahora debe promulgar la Ley que reasigna partidas presupuestarias por 10.400 millones de pesos para calmar los estómagos vacíos de los más castigados por las políticas de hambre que supo desplegar. La sanción de la renovación de la Ley incluye, a partir de 2020, un aumento trimestral de las partidas alimentarias basadas en el incremento del rubro “alimentos y bebidas” del Índice de Precios al Consumidor y la variación de la Canasta Básica medida por el INDEC.

El “debate” fue monocorde y protagonizado por la oposición con duras críticas al Gobierno. El oficialismo, en cambio, eligió reservarse como colofón a su único orador, el radical jefe del interbloque de Cambiemos, Luis Petcoff Naidenoff, hábil presentador de excusas sobre la “pesada herencia”, en tanto no se privó del comentario admonitor: “Tenemos en claro el mensaje de las Paso. La elección no se definió”. Quedó flotanto, sin embargo, que fue uno de los últimos “gustos” de dudoso gusto y certeza que el oficialismo pudo darse en la cámara.

“No nos cabe duda de la necesidad del tratamiento de este proyecto, porque la pobreza lamentablemente ha aumentado”, “hay quienes comen una vez al día o lo pasan sin comer”, se verifica un “aumento de 2,5 millones en 2015 a 5 millones de personas en 2018”, que no incluye este último año de agravamiento de la crisis que resulta “vergonzoso, grave e irresponsable”, afirmó la senadora salteña María Cristina Fiore quien citó cifras del Observatorio de la Deuda Social de la UCA y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). A pesar de que en más de una oportunidad la senadora acompañó muchos de los proyectos del oficialismo, fue la primera en abrir el debate y realizar estas graves acusaciones.

“Acompañamos este proyecto, pero debemos rediscutir el modelo económico de la Argentina si queremos hacer efectivos los derechos sociales, políticos y económicos garantizados en la Constitución”, “Los modelos económicos neoliberales fundados en el endeudamiento y fuga de capitales quiebran ese contrato social”, sostuvo la santafesina María de los Angeles Sacnun (FpV-PJ) proponiendo del mismo modo avanzar en la “soberanía alimentaria”  “para pensar en la producción de alimentos y no solo en el acceso a los mismos”.

El formoseño José Mayans (BJ) dedicó más tiempo a la queja por el desempeño del Senado que a la emergencia alimentaria señalando que Macri le recortó a las provincias por DNU unos “50 mil millones de pesos”, mientras que los 18 mil millones presupuestados que el gobierno destina a la ayuda alimentaria, “16 mil van a la provincia y la ciudad de Buenos Aires y los otros 2 mil al resto de las provincias”.

Igualmente sostuvo que a la hora de hablar de “herencias” hay que citar la envergadura de la que el Gobierno de Cambiemos le deja a la futura gestión en materia de deuda “que no pasó por el Congreso”: incluyendo intereses y capital, la Argenti-na deberá pagar 56 mil millones de dólares en 2020, 53 mil millones en 2021 y 83 mil millones en 2023 y 73 mil en 2024.

Trayendo su opinión desde Río Negro, Magdalena Odarda aportó: “La situación de hambre debería avergonzarnos porque somos un país capaz de darle de comer a 400 millones de personas y no somos capaces de darle de comer a 15 millones”.  Mientras la tucumana Beatriz Mirkin complementaba: “Cuando el dólar costaba 16 pesos, eran de 16 pesos las partidas para alimentos. Hoy el dólar roza los 60 y también son de 16 pesos las partidas para almuerzo en las escuelas y algunos comedores comunitarios”.

“La tasa de desocupación es enorme, el endeudamiento nacional es poderoso, pagamos 3.500 millones de pesos diarios de servicios de deuda”, señalaba Fernando “Pino” Solanas (Proyecto Sur), para agregar “Por segunda vez en la historia contemporánea, la aventura del proyecto neoliberal termina en una hambruna, termina en desnutridos, termina en una tasa de indigentes enorme, y hoy 5 millones de argentinos comen una sola vez por día”.

“Estamos ante un hecho político significativo: la carnalidad de la visibilidad del hambre”, señaló el jefe del bloque kirchnerista del FpV-PJ Marcelo Fuentes, y subrayó que “si no fuera por las movilizaciones que incomodan tanto a quienes quieren desplazarse legítimamente, ese sujeto que padece el hambre sería siendo siempre una abstracción”. “No estamos ante una emergencia producto de un cataclismo natural. No hay inundaciones, tsunamis, erupciones volcánicas o terremotos que quiebren la infraestructura de transporte o la producción de alimentos. Estamos ante un dato de naturaleza política. El hambre en Argentina, con los recursos que hay, es una construcción política”, subrayó Fuentes y advirtió: “Si esto no ardió todavía es porque el pueblo tiene la esperanza de votar en octubre”.

Paradójicamente, el primero que olvidó el sentido de sus propias palabras, fue el oficialista radical Petcoff Naidenoff: “La pobreza es un problema que excede a una mirada mezquina en el contexto previo al 27 de octubre”, quien cuidadosamente se había reservado el sitial de cierre y fue el primero en no escatimar mezquindad a su discurso. Afirmó que Cambiemos heredó –la “pesada herencia” protagónica– “una pobreza de la gestión kirhnerista: el 34 por ciento de los argentinos estaba en situaciones de precariedad o informalidad; el 50 por ciento de los chicos no habían terminado la secundaria” y “de cada tres hogares, uno presentaba condiciones de construcción que dejaban mucho que desear” –”cifras-excusa” que nunca pudieron demostrar “Cuando uno asume en default (?), con cinco tipos de cambio, con una economía cerrada (?), con socios poco recomendables como Irán y Venezuela (?), sin margen porque te dejaron sin reservas (?), ¿cómo financiás un Estado?“. Terminando de redondear “una mirada mezquina en el contexto previo al 27 de octubre” no se privó de resaltar “Lo que estoy escuchando de una elección que no se realizó, es más miedo que propuestas. Ojo cuando se siembra el miedo”.

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