¿Cómo se hace?

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa con serenidad, sin ofender las ideas de los que nos arrollaron en las urnas? Mario Bellocchio

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa evitando señalar culpables de la humillante derrota? Porque para no tropezar más de una vez con la misma piedra es necesario saber, por lo menos, cómo se la reconoce y se la esquiva.

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa sin juzgar la mirada extraviada y las toses escuchadas por Milei y temblar pensando en lo que puede pasar cada vez que tenga la lapicera en sus manos?

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa sin emprender un largo camino de calificativos hacia Alberto Fernández?

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa olvidando los Falcon verdes de la vice, Victoria Villaruel, o las disparatadas afirmaciones de Lilia Lemoine, la  terraplanista y antivacunas?

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa sin pensar cuánto tiempo va a tardar la mayoría de sus votantes en decir “yo no lo voté”?

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa si tenés la renovación del alquiler pendiendo de un delgado hilo a punto de cortarse y dejarte a la intemperie?

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa al entrar al chino y, sobre todo, al salir pasando por la caja?

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa sin advertir que más de la mitad de las personas que te cruzás en la calle aprueban las “propuestas” del presidente?

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa evitando pensar “cuántos” de los que votaron a este nuevo presidente se arrojaron al vacío sin escuchar sus planes, esperanzados en detener la angustia de no llegar a fin de mes?

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa con la “musicalización” de una motosierra?

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa sin depender de engañosos cálculos parlamentarios?

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa sin descargar “culpas” en el supuesto “gorilismo” adversario?, traje pequeño para el gordo once por ciento de distancia.

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa justo ahora que la democracia cumple 40 años de vigencia?

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa sin recluirse en el cuartito de la melancolía?

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa si lo que nos pasa se siente más de lo que se razona?

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa sin cuestionarnos la forma en que difundimos las ideas o, en todo caso, la inhallable ruta que cuestionara eficazmente a las “fakes”?

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa sin citar la abrumadora deuda que sepulta esperanzas:

En diciembre de 1929 ya Antonio Zamora desde la revista “Claridad” editorializaba sobre la invasión de EE. UU. a Haití:

“(…) Los yanquis saben muy bien que lo principal para lograr su política imperialista es prestar plata a los gobiernos incapaces, adquirir las vías de comunicación y las fuentes de riquezas naturales. (…) Mientras el hombre no deje de sufrir instrumento de otro hombre, los pillos seguirán haciendo sus pillerías a costa de la inconsciencia y de la incapacidad”. (1)

¿Cómo se hace para hablar de lo que nos pasa dejando de lado sueños y proyectos? ¿Desensillando hasta que aclare o galopando bajo la tormenta?

¿Cómo se hace?

  • No te des por vencido, ni aun vencido,
  • no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
  • trémulo de pavor, piénsate bravo,
  • y arremete feroz, ya mal herido.
  •  
  • Ten el tesón del clavo enmohecido
  • que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
  • no la cobarde estupidez del pavo
  • que amaina su plumaje al primer ruido.
  •  
  • Procede como Dios que nunca llora;
  • o como Lucifer, que nunca reza;
  • o como el robledal, cuya grandeza
  •  
  • necesita del agua y no la implora…
  • Que muerda y vocifere vengadora,
  • ya rodando en el polvo, tu cabeza! (2)

 

(1) Zamora, Antonio. “Los bárbaros del Norte y los cretinos del Sur”. Claridad Nº 196 del 14 de diciembre de 1929.

Citado en Luminoso Boedo. La aventura de Antonio Zamora y su Editorial ClaridadMario Bellocchio- Edit. Ciccus- 2016

Pp 83 y 84

 

(2) Pedro Bonifacio Palacios –Almafuerte–1854-1917–, “¡Piu avanti!” (Uno de los “Siete sonetos medicinales” (1907)

 

 

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