Brasil: ¡Pobres los pobres!

Paula Llaves
La solución que nos propone la extrema derecha contra los riesgos de la pobreza nunca fue combatir la pobreza sino a los pobres.

Ha ganado el “paraca”[1] al economista y doctor en filosofía con experiencia en gestión política.

Ha ganado porque el pueblo brasileño ha votado. Y ha votado mal, queridos demócratas. También votó mal el pueblo estadounidense y el italiano. Votará mal el pueblo español en las próximas elecciones. Y todo legitimará lo inmoral, todo legitimará el desastre.

Porque quien vota al clasismo, a la homofobia, al racismo, a la xenofobia y al odio, no vota para estar bien, vota para que esté peor el otro.

Porque para votar bien hay que estar formado, informado y éticamente educado. Lo otro no es votar, es legitimar la propaganda. Lo otro no es opinar, es repetir la lección aprendida y las ideas de otros pensando que son las propias.

Pero todo un entramado político, asociativo, empresarial, se ocupa de poner en la palestra un discurso maniqueo. Un discurso que se nos antoja antiguo, ese discurso de Enrique VIII que decía “no caben más extranjeros en Inglaterra porque la isla se hundirá” cuando en toda Inglaterra vivía la mitad de la actual población de Londres, y parece que aún no se ha hundido. Un discurso que aboga por el hambre porque el hambre crea esclavos. Y la esclavitud crea ricos.

Brasil es el sexto país más grande del mundo, el segundo de América Latina y sin duda el más rico en recursos naturales. Tiene una densidad de población de las más bajas de todo el continente americano y sin embargo les han convencido de que son pobres porque les estorban sus vecinos. Han votado desde el odio, ni desde el amor, ni desde la cabeza, buscando simplemente un cambio radical.

La solución más efectiva que se conoce y que ha demostrado efectividad contra la delincuencia nunca ha sido la policía, sino la equidad social. El ser humano es un animal que sobrevive. Sobrevive sin casa, sin sueldo, sin esperanza. Y si para sobrevivir tiene que robar, roba, y si tiene que traficar, trafica, y si tiene que matar, mata.

No hace falta darle dos pensadas para entenderlo, pero la solución que nos propone la extrema derecha contra los riesgos de la pobreza nunca fue combatir la pobreza sino a los pobres. La BOPE (Batallón de Operaciones Policiales Especiales) se frota las manos. Patrullas de policías armados con fusiles de alta precisión recorren las favelas donde cada hambriento es sospechoso.

El mundo se hace hostil y caminamos sin inmutarnos hacia la catástrofe.

 

IMAGEN DE PORTADA: Desfile en las calles con vehículos militares.

(1) Jair Messias Bolsonaro es el presidente electo de Brasil, cargo que empezará a ejercer de manera efectiva desde el 1º de enero de 2019 hasta 1º de enero de 2023. Cumple actualmente su séptimo mandato en la Cámara de Diputados de Brasil, elegido por el Partido Progresista (PP). En las elecciones generales de 2014, fue el diputado federal más votado en el estado de Río de Janeiro con apoyo del 6 % del electorado fluminense (464 000 votos). Antes de dedicarse a la política era paracaidista –paraca– del ejército brasileño.

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