Por la vuelta

La fiesta de la recuperación de los terrenos usurpados a San Lorenzo en nefastos tiempos de dictadura, solo puede gestar adhesión popular. Y eso es lo que el domingo pudo advertirse en el festejo. Por Mario Bellocchio

Los menores de 40 años –abundantes entre la multitud– conocieron el Gasómetro sólo en fotografías. Sin embargo lagrimeaban junto a sus mayores al volver a pisar como propio el terreno que ocupaba el mítico estadio. En un momento de la memorable noche de la vuelta a Boedo, unas diez cuadras de avenida La Plata y el predio que fue estacionamiento de Carrefour estaban cubiertas de Cuervos y amigos y familiares y simpatizantes de otros clubes que, sin embargo, no quisieron perderse el acontecimiento.

Una selfy de nuestra querida cuerva amiga Claudia Ferrentino en pleno regreso a “Tierra Santa”

La movida había comenzado cerca de las 7 de la tarde en el Oratorio San Antonio –México 4050–, el histórico lugar donde el padre Lorenzo Massa y un grupo de chicos fundaron en 1908 a San Lorenzo, “de Almagro”, como exigiera Monti para honrar los orígenes. En aquellos tiempos Boedo era solo una calle en los tramos iniciales y un páramo en los más aledaños. Ya vendría más tarde el Gasómetro de avenida La Plata y los límites barriales que lo incluían a partir de 1968 con los Matadores en pleno vuelo.

El domingo, luego de la misa de la que participaron Lammens, Tinelli, futbolistas del plantel actual, como Coloccini y Blandi, y viejas glorias, como Héctor Scotta, Sanfilippo, Pipo Gorosito, Romeo, Torrico y Romagnoli, entre otros, se treparon a un vehículo que encabezó la caravana de hinchas que a lento paso de aclamación vecinal se dirigió hacia la denominada “Tierra Santa”, en avenida La Plata.

No fue sencillo penetrar la marea que desafió al clima gélido descongelado solo por el calor popular. En avenida La Plata, además de la multitud, los esperaban un escenario y varias pantallas que a partir de las 9 y media de la noche reflejaron el espectáculo que “Fuerza Bruta”, Vicentico –fanático cuervo– y otros artistas invitados, se encargaron de engalanar.

 

 

“Es un día muy emocionante, quiero agradecer a todos los que creyeron. Cuando estamos unidos, hacemos cosas imposibles. Es la epopeya más grande que ha hecho un club de fútbol en el mundo”, balbuceó Matías Lammens como presidente de la entidad, visiblemente emocionado al concretar el acto de toma de posesión de los terrenos rescatados de un oprobio, con cuatro décadas de ausencia.

Era el paso gigante de la recuperación, de la vuelta al barrio luego del engaño y el desalojo. Una epopeya que había comenzado como sueño gestado a partir del 10 de abril de 2005 con la aparición de la Subcomisión del Hincha de San Lorenzo de Almagro, nacida y creada con la conciencia del retorno, impulsada por el fervor común y encauzada en su intento por la enjundia de Adolfo Res, el notorio hincha e historiador de San Lorenzo con alta dosis de responsabilidad en esta proeza.

Decía el domingo Adolfo, según confesaba, “temblándole las piernas”: “son 21 años de que empezamos con esto con mi hermano, después se sumó mucha gente, nació la Subcomisión del Hincha siete años después, trabajamos arduamente porque siempre creímos en San Lorenzo como institución fuerte, sólida, poderosa en algún tiempo y con un pueblo que es único, que se puso de pie en cada momento difícil de la historia. ¿Cómo no iba a estar en ésta que era la recuperación de la identidad y la pertenencia, por eso señalo que no tenemos ningún temor en decirte que el estadio es totalmente posible en Avenida La Plata y en el corto tiempo”.

Una fantasía Photo Shop creada por el autor sobre la ilustración Googlemap con la maqueta de uno de los proyectos de estadio más divulgados

El 8 de marzo de 2012 más de 100 mil hinchas acudían a aquella convocatoria de la Sub Comisión en Plaza de Mayo para reclamar por sus tierras. El sueño del retorno hecho realidad comenzaba a concretarse legalmente el 15 de noviembre de 2012 con la Ley de Restitución Histórica. Allí se iniciaba la gestión de compra popular del metro de terreno que perteneció al Viejo Gasómetro, tarea que completaría la Institución ya presidida por Lammens y Tinelli. Y, finalmente, el viernes 28 de junio la Comisión Directiva firmaba las escrituras y recibía las llaves del predio ya en manos definitivas de San Lorenzo. “Volvemos para siempre” resumían las pancartas que convocaban a la mega-fiesta del domingo.

El futuro estadio, generador de controversias vecinales, aun debe superar instancias económicas de factibilidad y legales de rezonificación. La fiesta de la recuperación de los terrenos usurpados con engaño en nefastos tiempos de dictadura solo debería gestar adhesión popular.

 

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