La “libertad” de Djokovic

Djokovic… Y el otro qué me importa. Fernando Borroni

Un tenista, Novak Djokovic, por una decisión individual, apoyada por ser el número uno del mundo, una decisión recostada sobre el conocimiento de que un abierto de tenis, un grand slam, sin él pierde peso. Una decisión “argumentada” sobre un conjunto de sponsors que con él se vinculan de una manera y sin él de otra; una decisión que denuncia y desvela a todo el mundo para que le veamos el rostro al poder, una parte del poder. Y no el poder, en este caso, de un hombre sino de todo lo que lo rodea. Entonces, a partir de la decisión de un hombre cuya virtud extraordinaria es pegarle bien a la pelotita con una raqueta, da todo un mensaje al mundo, a un mundo fragmentado, deshumanizado, egoísta donde el sálvese quien pueda está, lamentablemente, más vivo que nunca. Y en este mundo aparece un deportista famoso a decirnos que la libertad es hacer básicamente lo que se te canta. Y si tenés dinero lo que se te canta es precisamente eso: todo lo que se te canta. El problema es cuál sería el concepto de libertad para quienes creen que la libertad es el dinero, sin dinero. Djokovic es la síntesis de un modelo culturalmente pobre que nos grita que cada uno vale si tiene ¿Se acuerdan de esa frase “tanto tienes, tanto vales”? Entonces el mundo se detiene a discutir una decisión que no es menor porque en realidad quien la lleva adelante está transmitiendo un mensaje, quiera o no, porque cuando a partir de un deporte o del motivo que sea la vida te dio la posibilidad de ser mirado por gran parte del mundo, hacete cargo de que se te mira, porque en estos actos que ejercés hay un mensaje que trasmitís. Y el mensaje que deja este jugador es que el negocio y el mercado están por encima de la vida, que el negocio y el mercado están por encima del otro. ¿No hay novedad, no? Que nada detenga el show.

Hubo otra tenista, una tenista rusa, Natalia Vikhlyantseva, que no pudo jugar, no pudo entrar. No le dieron la excepción que parece que ahora sí le dan a Djokovic ¿Por qué? Porque estaba vacunada con la Sputnik. ¡Cómo es el mundo! Con Sputnik, no. Sin vacuna, sí. ¿Cómo? Con Sputnik no porque es rusa. Y Rusia es el mal para el orden cultural neoliberal. Sputnik, no. Sin vacuna, sí. Y entre otras cosas es porque Natalia no es Djokovic. Entonces: primero la batalla económica, luego la batalla geopolítica y luego que suceda lo que tiene que suceder. . Yo hago lo que quiero porque yo soy parte de ese poder económico. Yo hago lo que quiero porque mi libertad es mía y está por encima de la tuya. Que como vos “no tenés”, vos no podés ser libre. Por lo que “no tengo” es por lo que se me define ¿Ese es el mensaje, no?

 

Mi libertad es tan egocéntrica, es tan absurdamente desproporcionada a la tuya porque yo no me vacuno. Y qué te pasa a vos con eso no importa, el problema es tuyo. Vos hacete cargo de tu libertad que yo me hago cargo de la mía. Y en todo caso que tu libertad entre en tensión, entre en batalla con la mía, total la mía va a ganar ¿por qué? porque yo muevo sponsors, yo muevo dinero ¿Y vos que movés? Nada. Pero como yo soy un turista de las reglas del mercado, pero le doy mucho dinero al mercado y esa rueda hará que mi libertad arranque pero que pase por encima de la tuya. Esto es lo que pasó con Djokovic: la pandemia nos desnudó. El malo, se desnudó en su maldad. El autoritario se desnudo en su autoritarismo, pero también la bondad se hizo su lugar.

La lucha sigue siendo esa y será eterna. ¡Qué lástima que cuando la vida te da la oportunidad de cumplir con tus sueños no aproveches ese lugar para multiplicarle sueños a otro! ¡Qué lástima que hoy el mensaje al mundo sea “Sálvese quien pueda”!

Bueno al fin y al cabo quizás este jugador de tenis nos ayudó a desnudar la miserabilidad del modelo cultural en el que vivimos.

 

Desgrabación de la nota editorial de Fernando Borroni difundida por Víctor Hugo Morales y su equipo en AM750 “La mañana con Víctor Hugo”

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