Si Evita viviera…

En tan solo siete años de vida política revolucionó con su pragmatismo las luchas de las mujeres que la antecedieron.

Fue corto e intenso su paso por la vida: un destello, un inmenso destello que marcó para siempre el vigor de la política social sobre las carencias populares. Cuando el relumbrón cesó, un aciago 26 de julio de 1952, a tan sólo 33 años del punto de partida, nos dejó el interrogante de su ausencia como un ícono: “Si Evita viviera…”.

Si Evita viviera: ¿Sería feminista?

Felipe Pigna [1] afirmaba en el estreno de su documental Evita. Jirones de su vida:

“En un país con una tradición feminista tan importante, que arranca a fines del siglo XIX con referentes como Julieta Lanteri, Alicia Moreau, Gabriela Coni y Elvira Rawson, es muy importante el rol que le tocó a Evita, que es el haber logrado lo que ellas no pudieron: la sanción del voto femenino”. “Es clave ese reconocimiento previo, como así también el rol fundamental de Eva en relación a los derechos cívicos –que estaban muy poco reconocidos– que le dan a la mujer un papel preponderante desde el partido peronista femenino pero también desde la Fundación (Fundación Eva Perón). Evita entendió que las mejoras del modelo peronista iban a tardar y que había sectores fuertemente damnificados que estaban por fuera del circuito del trabajo, como las mujeres, los ancianos y los niños. La Fundación, por lo tanto, se dirigió a ellos, mientras el modelo productivo de mercado y consumo interno iría haciendo lo suyo en cuanto al mejoramiento de la calidad general de vida. Evita es parte de ese dispositivo”.

¿Sería feminista? –se pregunta Estela Díaz [2] desde las entrañas del feminismo asumiendo la responsabilidad de un interrogante en plena vigencia.

“Si entendemos al feminismo como un movimiento social por la emancipación de las mujeres, podemos afirmar que si Evita viviera sería feminista. Evita fue una feminista práctica, empírica, intuitiva. Con una potencia plebeya, revulsiva para sus contemporáneos, que signa su historia y la actualidad de su legado”.

“No faltará quien diga que es una afirmación inaceptable. Que puede comprobarlo desde algunas definiciones en sus escritos de rechazo al feminismo. Incluso los detractores cuentan a su favor con un imaginario que sobredimensionó el enfrentamiento de Evita con las feministas de su tiempo. En verdad, la única referencia explícita que encontramos puede leerse hacia el final de La razón de mi vida (1951), en una cita algo graciosa. Hay una apelación a su juventud y belleza, como algo que la exime de necesitar masculinizarse, ser mala, vieja y fea, como para necesitar ser feminista. También en el mismo libro, sostiene reconocerse en un feminismo distinto al hegemónico en su tiempo. Uno que no reniega de la femineidad, ni del hogar, ni del complemento con el varón. Declaraciones que requieren leerse en contexto. 

Fueron solamente siete años en la vida política y pasó a la inmortalidad. Hay un antes y un después para las mujeres a partir de la emergencia de Eva como líder popular. Es una figura bisagra. Ella inaugura un período de creciente presencia de las mujeres en la vida pública y en la política. 

Cámpora, Mercante, Perón y Eva en el balcón de la Rosada el 17 de octubre de 1951 (el día del renunciamiento)

La recordamos especialmente por el voto femenino, pero además construyó al Partido Peronista Femenino (1949) que logró crear más de 3000 unidades básicas en dos años. En la primera elección que votaron las mujeres, el peronismo fue el único partido que llevó candidatas. Se eligieron en 1951, 26 legisladoras nacionales y un centenar de diputadas provinciales en todo el país.

La preocupación por el trabajo de las mujeres, las condiciones de explotación y el reconocimiento del trabajo doméstico, invisible, están presentes en su acción y los textos. Con una gran intuición política, ella reclama la necesidad de pensar la construcción de autonomía económica para las mujeres. Define al hogar como el lugar y destino para las mujeres, pero a la vez también como la cárcel. Un lugar donde no llega el estado y reina el poder del hombre. Faltarán varias décadas para que se desarrollen los estudios feministas sobre economía y trabajo, sin embargo, ya están vigentes estas preocupaciones en Evita.

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Si Evita viviera…

Dice Pigna: “El legado de Evita tiene que ver con derechos adquiridos de la sociedad argentina, como el derecho a la salud pública, el derecho a la educación, el derecho a que un anciano tenga una vida digna, cosas por las que Evita luchó denodadamente”.

Como señala Alicia Dujovne Ortiz [3] en su obra Eva Perón: la biografía:

“Entre la santidad y el escándalo, la figura de Eva Perón ha marcado para siempre la historia de este siglo. Alcanzada por el prestigio controvertido de Juan Perón, ha logrado trascenderlo para acceder a la estatura de un mito que brilla con luz propia. Más allá de la versión que la condena a una beatitud inconmovible, y del prejuicio que la congela en la imagen de una arribista, la vida real de Eva tiene los ingredientes de un melodrama y las incógnitas de una novela policial”.

Cuando el relumbrón cesó, un aciago 26 de julio de 1952, a tan sólo 33 años del punto de partida, nos dejó el interrogante de su ausencia como un ícono: “Si Evita viviera…”. La incógnita tiene una única evidencia absoluta: si Evita viviera el martes 7 de mayo habría cumplido 100 años. El resto, con certeza variable, vaga por las conjeturas de la ucronía. (M. B.)

 

[1] Felipe Isidro Pigna: historiador, profesor y escritor argentino especializado en la historia de su país de origen, considerado por sus trabajos en diversos formatos como el historiador contemporáneo con más difusión en la Argentina.

[2] Estela Díaz: militante social, sindical y feminista, secretaria de Género a nivel nacional de la CTA (Central de Trabajadores de la Argentina) donde dirige el Centro de Estudios Mujeres y Trabajos de la Argentina.?

[3] Alicia Dujovne Ortiz: periodista, escritora, poeta, ensayista, autora de una decena de novelas y trabajos biográficos de importancia que la han hecho acreedora a una Beca Guggenheim y premios literarios como el Konex de Platino en 2014.

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