Messi, regreso con gloria

Messi brilló en el reencuentro con la Selección luego de su anunciado retiro: marcó el gol y jugó un excelente partido. En el debut de Bauza como entrenador, la Selección debió bancar un tiempo con uno menos por la roja a Dybala y para eso contó también con su otra gran figura: Javier Mascherano y un nivel general de juego muy aceptable.

No te vayas nunca. No se trata de un elogio desmedido ni de una necesidad de elogiar por elogiar. Se trata de ver la diferencia de un equipo que cuenta con él y otro que no. Argentina le ganó bien a Uruguay 1 a 0 y a pesar de jugar todo un tiempo con uno menos, no vivió grandes sustos pero el salto de calidad lo sigue dando ese animal de la pelota que por suerte decidió seguir usando la 10 celeste y blanca.

Bauza debutaba en la Selección pero los ojos iban a estar nuevamente sobre ese capitán diferente. Con esa versión con barba y platinado, Argentina se supo acomodar tática y futbolísticamente a lo que pedía el partido y quizá acá estuvo su mayor virtud. Porque el retraso exasperante de Uruguay apostando todo a la contra salvadora de Luis Suárez estuvo acompañado de ceder la pelota. Y ahí, el equipo supo variar los caminos para la búsqueda. Di María impreciso, pero Pratto ocupando bien los espacios y Dybala juntándose con Messi para un par de paredes interesantes.

Pero para que Messi empezara a sacar el manual de crack, hubo otro que también la dejó chiquitita: Javier Mascherano. Desde la presión para sacar al equipo, hasta la precisión para romper la línea con un par de pases cruzados que fueron el inicio de jugadas claras de gol. Cuando Uruguay se cerraba cada vez más, al más crack de todos se le ocurrió que entre siete uruguayos atorándolo se podía sacar un zurdado ganador. Es cierto, contó con la carambola de Jiménez desviando la pelota, pero que tenía olor a jugada peligrosa igual.

La doble amarilla con Dybala (exagerada la primera) sobre el final del PT, obligó a cambiar el esquema. La mano de Bauza o el equipo que quiere el Patón se podrá ver en el futuro porque acá la realidad mandaba que había que bancar la historia de otro modo. Hasta que a Messi le quedó resto, la Selección siguió buscando como si estuvieran once contra once. Y ante la caída general de piernas, fue el tiempo para que el otro crack-crack del equipo como Mascherano, encabezara la resistencia. Con un Funes Mori y Biglia muy firmes y hasta con Alario aguantando de “8”, le fueron cerrando los caminos a un pobre Uruguay.

A nadie le queda mejor la 10. Messi dio ese plus para transformar de equipo a  equipo temible a la Selección que está puntero de las Eliminatorias. Por suerte, Leo no se fue.

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