Maradona “Demonio” “Miserable”. Un desagravio* necesario.

(*) El  contexto europeo de las corrosivas declaraciones de la periodista catalana Pilar Rahola sobre Maradona, su muerte y el Gobierno argentino.
Desde París, José Muchnik (Poeta y antropólogo)

josemuchnik@yahoo.com

Ya se dijo de todo y de todo siguen diciendo, Maradona es noticia ¿Para qué agregar más? Dejar al silencio decir lo esencial… Hasta que las “redes” arrojaron el video con las declaraciones de una reputada periodista española, la Sra. Pilar Rahola, sobre la muerte de Diego Armando Maradona. A continuación copio el link, con un clic pueden escucharlo, es gratis, si no llegan a terminar la primera vez vuelvan a intentarlo. 

¿Escucharon? ¿La vieron? Confieso que a mí me costó, tanto por el contenido como por la forma, esa arrogancia, esa postura de pronunciadora de verdades, de inquisidora colonial. Se trata de una pieza de antología, historiadores, sociólogos, antropólogos, politólogos…, podrán sin dudas utilizarla, debe archivarse cuidadosamente. Estimada señora, si alguno de sus “textos” queda en la memoria, será sin duda éste, la ironía del destino querrá que sea gracias a Maradona, por eso valía la pena el esfuerzo de transcribirlo. No, por favor, no tiene por qué agradecerme, completar su voz con el escrito confiere otra profundidad, otra resonancia al documento. A continuación algunos párrafos, son fidedignos, pueden controlar con el video.

Desde mi estima profunda por Argentina, mi sensación también profunda de bochorno, de vergüenza, todo el espectáculo, lo que ha rodeado la muerte, el funeral de Diego Armando Maradona. […] Diego Armando Maradona fue sin ninguna duda un ángel de la pelota, un genio del fútbol, y en este sentido es único, ejemplar, indiscutible, pero como ser humano fue un auténtico desecho de miserias, en realidad fue un demonio, y no se puede de ninguna manera convertir en ejemplar a alguien que ha sido acosador de mujeres, que ha tenido orgías con niñas de 16 años, que no sólo ha sido drogadicto sino amigo de narcotraficantes, que ha defendido dictaduras, que ha tenido una actitud prepotente a lo largo de la vida, que no ha reconocido a muchos hijos, todo esto tiene que ver con la anti ciudadanía y el anti ciudadano, es la destrucción de todos los valores de un ciudadano libre en una república libre, y sin embargo este hombre, desecho absoluto de miserias, se ha convertido en el orgullo patrio de Argentina. […]  El uso político que ha hecho el gobierno argentino de la imagen de Argentina es el segundo gran bochorno, la segunda gran vergüenza […] Los días de duelo nacional, el número del propio presidente de gobierno, ensalzándolo como si fuera el tipo más importante de la historia de Argentina.  Todo ha sido patético, triste, y no es honorable para el pueblo argentino. Dejen ustedes a Maradona donde corresponde, un grande entre los grandes quizá el más grande en la historia del fútbol, pero como ciudadano fue el anti ejemplo, fue el anti ciudadano, una auténtica miseria humana.  Utilizar eso políticamente no solo es populismo y es demagogia, es impudicia, una vergüenza” Pilar Rahola

Maradona fue mucho más que un jugador de fútbol, y como habrán comprobado lo expresado por la Sra. Pilar Rahola va mucho más allá de Maradona y el fútbol, por eso realizo este desagravio público, cuestión de dignidad, cuestión de verdad, tratar de analizar, de entender, no de juzgar, de condenar.

Muerte y duelo deben respetarse. El respeto del otro, de la otra, es la base sobre la cual podemos soñar con que algún día cambien las relaciones entre humanos. Asumo el respeto de la persona humana como principio ético de conducta, más allá de cualquier consideración política, estas líneas parten de ese principio y desde ahí me interrogo, no tienen un espíritu ofensivo sino comprehensivo.

¿De qué derecho divino se sintió imbuida la Sra. Pilar Rahola para transgredir el respeto al prójimo en algo tan esencial como la muerte?

En todas las civilizaciones la muerte es un hecho sacralizado, una de las angustias más profundas que ni creencias ni religiones pudieron aliviar, se trata de un misterio que nadie pudo elucidar, la muerte “ese país desconocido del cual ningún viajero ha vuelto a cruzar la frontera” (Shakespeare en Hamlet). Ninguna construcción conceptual podrá despojarnos del temor, la angustia frente a la muerte, creamos o no en Dios, en la inmortalidad de nuestra almas, o en su reencarnación. La muerte es una verdad absoluta, “muerte es más que un desgarro / muerte reúne / siglos en instante / vidas en un suspiro / ancestros en la línea de llegada” (Desgarros, 2018, J.M, ed. CICCUS).

Por eso ritos funerarios y duelo, para tratar de cicatrizar heridas, traumas que la muerte deja en los vivos. Ya sea con lloronas y lamentaciones que acompañan la ceremonia mortuoria, como en ciertas culturas mediterráneas, ya sea con danzas rituales como en numerosas culturas africanas, los ritos funerarios son una constante universal. El trabajo de duelo para aliviar los efectos traumáticos de la muerte, es un proceso de largo aliento, puede ser necesaria toda una vida para cicatrizar una sola muerte.

Sé de lo que hablo, mi padre murió cuando tenía trece años cumplidos, único hijo varón ya había hecho mi Bar Mitzva, obligaciones son obligaciones, nunca olvidaré, todavía estoy ahí, rezando lo que había que rezar…, aunque no fuera creyente. También he participado en ceremonias mortuorias en diversos lugares de este mundo. Dolor, gente vertiendo lágrimas, erigiendo altares, depositando ofrendas, comidas flores vestimentas… ¿A quién se le ocurriría entrar a un velorio vociferando? Uno se llama a silencio, presenta sus pésames, murmura “que en paz descanse”. Por eso, más allá de lo que la Sra. Pilar Rahola piense de Maradona, me vuelvo a preguntar ¿Qué habrá conducido a esta periodista, reconocida por su inteligencia y competencia, a irrumpir en el velorio del ídolo como un elefante en un bazar? A precipitarse sobre su computadora, vociferar / insultar / ofender…, cuando todavía la familia, amigos, el pueblo argentino estaban llorando, orando, depositando flores… ¿Se dará cuenta esta señora de lo que hizo?

¿Periodistas o jueces? ¿Informar o condenar? Comprender los mitos populares.

En estas líneas más que de un cuestionamiento político, se trata de un cuestionamiento ético filosófico ¿Qué valores guían nuestro comportamiento? ¿Cuál el sentido y la significación de nuestros actos?

Maradona es noticia, tengo que dar mi opinión, yo, la gran periodista, no puede estar ausente de este gran despliegue mediático, tengo que manifestarme, urgente. El narcisismo es un motor poderoso, la Sra. Pilar Rahola debe existir, figurar en el concierto de opinadores seriales que discurren sobre una muerte magnífica, una muerte que dio la vuelta al mundo en algunos segundos, una muerte comentada en todos los idiomas de la tierra. Eso explica su precipitación para entrar en el velorio. Impulsada por su egocentrismo, no sólo no respetó la muerte del prójimo, el duelo de familiares, de amigos, de todo un pueblo, sino que no se respetó a ella misma ni a su profesión, se apartó de un principio deontológico del periodismo: informar con objetividad al público, investigar y analizar objetivamente los hechos ¿Ustedes escucharon / leyeron, lo manifestado por esta señora? ¿Se trata de una jueza o de una periodista? ¿Aprendieron algo?

Por supuesto es mucho más sencillo sentarse frente a la pantalla y descargar sus opiniones subjetivas, que plantearse algunas preguntas de fondo frente a un fenómeno de esta magnitud. Le guste o no le guste a la Sra. Pilar Rahola Maradona se convirtió en un mito viviente, en objeto de culto y adoración. No solamente en Argentina, tee shirt, gorros, muñecos…, con su imagen, impresos en los idiomas más diversos, desde el italiano hasta el ruso, desde el hebreo hasta el bengalí…, comenzaron a venderse inmediatamente en todo el mundo. En París banderas Maradona encabezaban manifestaciones sociales. Entonces un / una periodista que cumple concienzudamente su tarea, debería en primer lugar constatar este fenómeno, luego preguntarse ¿Cómo se transformó este hombre en un mito viviente? En lugar de levantar el dedo excusador, vociferar juicios, sin interrogarse sobre los hechos. Esto confirma que el egocentrismo fue la fuerza motriz de esta periodista, pensar que ella posee la verdad, poco importa lo que pase.

Y pasa que los mitos no nacieron con la televisión ni con internet, los humanos siempre tuvieron necesidad de crear mitos, de mezclar lo material con lo divino, de crear relatos que evocan la imagen idealizada de una persona, un lugar, un objeto… ¿Cuál es la parte de verdad histórica en esos mitos? Pregunta necesaria, a menudo difícil de dirimir. Pues lo que cuenta en el mito es el relato, el contexto de su emergencia, sus raíces culturales, su valor simbólico, la identificación de la gente con ese mito. Poco importa si Ulises se acostó con Calypso y Circé durante su Odisea, poco importa cómo evitó a las sirenas o mató al cíclope Polifemo, poco importa si Penélope esperó diez o veinte años mientras tejía y destejía atisbando el regreso de su amado… Lo que cuenta es el relato que Homero transmitió, lo que representa ese relato con el cual el pueblo helénico se identifica. ¿Cuál es la parte de mito y la parte de verdad en los relatos transmitidos por la Biblia? Difícil de responder, lo que cuenta es el valor fundador de dichos relatos para el judaísmo y el cristianismo.

Si la Sra. Pilar Rahola se hubiese interrogado sobre la construcción de los mitos populares modernos, no estaría diciendo a los argentinos que debemos avergonzarnos de Maradona, porque fue drogadicto, mujeriego, prepotente… Podría incluso llegar a la conclusión de que tal vez la droga, sus aventuras amorosas y su impertinencia contribuyeron, entre otros factores, a elevarlo al rango de mito, a mostrar que el campeón era también un ser humano, frágil como todos ¿Acaso los yanquis deben avergonzarse de Elvis Presley, porque frecuentaba adolescentes y se drogaba? ¿Acaso los franceses deben avergonzarse de Edith Piaff, alcohólica empedernida, y nada casta en amores? ¿Y qué decir de Charles Baudelaire, afecto a las prostitutas, al alcohol, al opio, al haschich…? La lista sería larga muy larga.

Analizar en vez de juzgar le hubiese tal vez permitido a esta periodista comprender el dolor, comprender por qué una parte importante del pueblo argentino se identificó con Maradona, comprender por qué sintieron que con su muerte una parte de ellos mismos también moría, por eso millones de personas lloraban, no porque son imbéciles, lloraban de dolor, como millones lloraron con la muerte de Evita o de Gardel. Si hubiera hecho el esfuerzo de comprender ese dolor, en vez de apostrofarlos, hubiera evitado algo que es muy feo: no respetar el dolor ajeno.

El ser humano como unidad.

Volver a repetir que el ser humano es una unidad compleja, que cuerpo y alma forman un todo que no se puede separar, parece recurrente. El filósofo francés Edgard Morin, una de las mentes más lúcidas en estos comienzos del tercer milenio, dedicó su vida a pensar la complejidad, no sólo de los hombres, también del universo, y las distorsiones a las que nos llevó la gran disyunción característica del sistema productivo y económico actual: disyunción entre lo económico y lo social, entre rentabilidad financiera y equilibrio medioambiental, entre progreso tecnológico y vida en sociedad… (“L’Unité de l’Homme”, Edgard Morin, 2018, Ed. Robert Laffont) ¿Volver a repetir que separar lo espiritual de lo material, lo técnico de lo cultural, lo bello de lo útil…, constituye una aberración mayor ya señalada por los filósofos griegos? Sin embargo la Sra. Pilar Rahola insiste

Diego Armando Maradona fue sin ninguna duda un ángel de la pelota, un genio del fútbol […] pero como ser humano fue un auténtico desecho de miserias, en realidad fue un demonio… 

No señora, Maradona no se transformó en un mito sólo porque era un gran jugador de fútbol, Maradona es / era una unidad, en la que se imbricaban lo material y lo espiritual, la virtud y los pecados…, como en todos los seres humanos. No se puede separar al futbolista genial, del chico que aprendió a jugar al fútbol en un potrero de Villa Fiorito, que reivindicó siempre sus orígenes populares, un futbolista movido por la pasión, que se entregaba de cuerpo y alma, ya sea en un mundial en México o en un amistoso en beneficio de un niño discapacitado en Nápoles, un hombre que denunció la corrupción que gangrena la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación), que cuando lo premiaron tardíamente con un balón de oro honorífico, en 1995, dedicó el premio al Che Guevara y a “mi amigo Fidel Castro”. Maradona estuvo siempre con el pueblo argentino, también en la lucha contra la dictadura militar (1976-1983). Maradona no tenía problemas de decir lo que pensaba, sea sobre el presidente argentino o el presidente de los USA. Que sus opciones políticas desagraden a la Sra. Pilar Rahola, tiene todo su derecho, pero no justifican en nada sus insultos, la ofensa, la falta de respeto. Maradona fue un ídolo humano, el que hizo trampa con la famosa “mano de Dios” y que marca el gol del siglo en el mismo partido, el hombre de los excesos, el que tiene coraje de exponer en público sus fragilidades, el que dijo “la pelota no se mancha” “yo me equivoqué y pagué”. Por eso se transformó en un mito, porque la gente podía identificarse con él, no sólo porque era una máquina de meter goles.

Permítanme agregar que la Sra. Pilar Rahola tampoco es buena como jueza, una jueza / juez debe realizar una encuesta precisa, interrogar los diversos testigos,  saber si ellos consideran que el acusado fue “el anti ciudadano, una auténtica miseria humana.”   Que interrogue “testigos calificados”, que interrogue a sus hijas, a sus hermanos, a sus nietos, a sus amigos de la infancia; a sus compañeros de equipo…  desgraciadamente ya no puede interrogar a sus padres, si desea puede ver filmaciones, comprobar la devoción que tenía por su madre Doña Tota y su padre Don Diego, Maradona también fue un buen hijo.

Antes de terminar una palabras sobre su acusación

El uso político que ha hecho el gobierno argentino de la imagen de Argentina es el segundo gran bochorno […] Todo ha sido patético, triste, y no es honorable para el pueblo argentino. Dejen ustedes a Maradona donde corresponde […]  Utilizar eso políticamente no solo es populismo y es demagogia, es impudicia, una vergüenza”.

Qué alta estima tiene de ella esta señora para sugerir a los argentinos qué ídolos les convienen, para tratarnos a todos de esa manera. No podía faltar, acusar al gobierno de “populismo”. Como lo he aclarado al comenzar esta nota, el objetivo de estas líneas no es tanto la cuestión política, sino ética, se trata de un desagravio a Maradona. Una precisión merece sin embargo ser realizada antes de terminar: Maradona no fue un ídolo “populista” sino “popular”, auténticamente popular. La manipulación del lenguaje por los medios y las instancias de poder, el uso y abuso de las palabras populista / populismo, como de otros vocablos y expresiones, puede ser objeto de otro debate.

Sra. Pilar Rahola, si por casualidad le llegan estas líneas, espero que le sirvan para reflexionar, fueron realizadas con mis mejores sentimientos y con todo respeto.

J.M

josemuchnik@yahoo.com
21 -12- 2020

 

 

Share via
Copy link
Powered by Social Snap