La memoria de septiembre

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Pensar el bombardeo, la Fusiladora, la Noche de los Lápices a partir de la expe-

riencia de Abuelas Relatoras por la Identidad la Memoria y la Inclusión Social (*).

María Silvia Prieto **- Mirta Tejerina***

El trabajo de recuperación de las memorias desde los contemporáneos del 16 de junio de 1955 “El bombardeo” trae a colación esta cita de Walter Benjamin en su libro Tesis sobre el concepto de historia: “articular históricamente el pasado no significa conocerlo ‘tal como fue en concreto’, sino más bien adueñarse de un recuerdo semejante al que relampaguea en un instante de peligro”.

Ahora bien, estas experiencias de trabajo nos permiten poner en escena un interrogante acerca de la continuidad histórica que existe entre estos acontecimientos de la historia argentina reciente: ¿Qué tienen en común La Noche de los lápices del 16 de septiembre de 1976 con la “Revolución Libertadora” del 16 de septiembre de 1955 con los bombardeos a Plaza de Mayo del 16 de junio de 1955 y los fusilamientos de junio de 1956?

No es una coincidencia ni es casual que la Noche de los Lápices, cuando la Dictadura cívico militar comenzada el 24 de marzo de 1976 secuestra y desaparece diez estudiantes en la ciudad de La Plata, haya sucedido un 16 de septiembre, a 21 años de otro 16 de septiembre que fue el derrocamiento del gobierno constitucional del General Perón que se autodenominó “La Revolución Libertadora” y popularmente luego se conoce como “La Fusiladora”. Ambos hechos fueron actos de Terrorismo de Estado.

El ´55 no fue configurado como “Terrorismo de Estado” y fue invisibilizado como tal porque había que ocultar el pueblo y sus conquistas. Entonces, es un trabajo necesario e imprescindible visibilizar y reflexionar sobre el Bombardeo a Plaza de Mayo (en el que se tiraron más bombas que en Guernica en la guerra civil española, pero a diferencia de éste en el que los aviones eran alemanes nazis, los aviones eran argentinos, comandados por pilotos de la aviación naval, de la marina Argentina, que salían de su base en Córdoba y bombardeaban sobre el propio pueblo, a plena luz del día).

Este bombardeo fue el antecedente del golpe militar del 16 de septiembre de 1955, que dio inicio a la “Revolución Fusiladora” con su correlato del Decreto 4161 y la prohibición y las penas de cárcel por nombrar a Perón, Evita, el peronismo, etc. Existía una pretensión de afirmar que “esto no sucedió” referida a la “Revolución Peronista”, de negar al pueblo su identidad, sus emblemas y por, sobre todo, los derechos adquiridos y su dignidad de trabajadores.

En este sentido cabe preguntarse: ¿Cuáles fueron las estrategias y las armas para producir esta operación? Para comenzar, podemos ver que el decreto 4161 (1) del año 1956 emitido por la “Revolución Fusiladora” se utilizó, entre otras acciones, para una operación política que mediante el miedo y la amenaza de cárcel buscaba la proscripción y la estigmatización de “los peronistas”. En esta misma dirección se puede leer un decreto anterior, el decreto 3855/55 (2), que disolvió en todo el país los partidos peronistas masculinos y femeninos. Estos párrafos son a nuestro criterio muy elocuentes de la operación discursiva de confusión, mentiras y ocultamiento con las que un gobierno surgido de un golpe de estado y encabezado por militares disuelve un partido político en nombre de la Democracia

Una operación discursiva que también puede observarse al analizar la obra de Rodolfo Walsh, que, a nuestro criterio, da cuenta de este proceso entre 1955 y 1976 en dos de sus obras: Operación Masacre (1956) y la Carta Abierta a la Junta Militar (1977). En la primera, él investiga los fusilamientos de José León Suarez y llega indudablemente a descubrir la verdad histórica, escribe su libro y no encuentra quien quiera publicarla. Operación Masacre apareció como libro por “primera vez” en noviembre de 1957, publicado por ediciones Sigla. En los años siguientes, Walsh lo reeditó en oportunidades sucesivas, cada vez introduciendo modificaciones en el texto y/o en el paratexto: en 1964 se publicó por Continental Service, en 1969 por Jorge Álvarez y, finalmente, en 1972 y 1973 por Ediciones de la Flor (3). En sus palabras podemos encontrar el hilo conductor, los intereses y la metodología utilizadas por las dictaduras en Argentina en la segunda mitad del siglo XX. El siguiente fragmento del prólogo a la edición de 1957 es demostrativo de esto:

“No sé qué es lo que consigue atraerme en esa historia difusa, lejana, erizada de improbabilidades. No sé por qué pido hablar con ese hombre, por qué estoy hablando con Juan Carlos Livraga. Ésa es la historia que escribo en caliente y de un tirón, para que no me ganen de mano, pero que después se me va arrugando día a día en un bolsillo porque la paseo por todo Buenos Aires y nadie me la quiere publicar, y casi ni enterarse. Es que uno llega a creer en las novelas policiales que ha leído o escrito, y piensa que una historia así, con un muerto que habla, se la van a pelear en las redacciones, piensa que está corriendo una carrera contra el tiempo, que en cualquier momento un diario grande va a mandar una docena de reporteros y fotógrafos como en las películas. En cambio, se encuentra con un multitudinario esquive de bulto”

Asimismo, en el prólogo a la edición de 1969 agrega: “Es cosa de reírse, a doce años de distancia porque se pueden revisar las colecciones de los diarios, y esta historia no existió ni existe”.

Estos fragmentos nos muestran un complejo proceso de crímenes y ocultamiento que también es analizado por Mariana Caviglia, en su texto “Dictadura, vida cotidiana y clases medias” (4), en el que se refiere al trabajo de la memoria y la transmisión:

“También sabemos que la memoria y el olvido poseen formas y tienen usos, es decir, que muchas veces olvidar no es sólo un simple no-recordar (…) La memoria cede al olvido lo que no ha privilegiado retener y en esa elección de un recuerdo y no de otro condiciona nuestro ser en el presente. También le da forma al pasado y compromete al futuro. De ahí que la memoria sea una cuestión de poder, de lucha política por dar un sentido legítimo a nuestro pasado reciente y que la forma en que recordamos nuestro pasado sea una de las condiciones fundamentales de nuestra identidad”.

Luego de reflexionar sobre estas acciones de ocultamiento y terror hacia la población argentina nos surge un último interrogante: ¿Cuál fue la causa de ese odio que origina esas masacres? Podemos decir que acciones con semejante nivel de crueldad, que llega al punto de asesinar y desaparecer personas, tienen como objetivo implantar el terror para que no se organice una oposición a un régimen y además, aplastar los derechos de los trabajadores que el 17 de octubre de 1945 habían producido un hecho histórico y revolucionario que concretó un avance social sin precedentes (5). Los eventos antes analizados y muchos otros como “la noche de los bastones largos” en 1966 y “la noche de las corbatas” en 1977 nos permiten entender este proceso histórico y las consecuencias que acarreó en todas las esferas de nuestra sociedad. Resulta fundamental comprender este proceso llevado a cabo por las sucesivas dictaduras cívico-militares para poder construir un hilo conductor entre los acontecimientos por los que nos preguntamos; un hilo que nos permite poner en escena en toda su magnitud algunos de los acontecimientos más importantes de nuestra historia reciente en un diálogo intergeneracional.

 

1. Visto el decreto 3855/55 por el cual se disuelve el Partido Peronista en sus dos ramas en virtud de su desempeño y su vocación liberticida y, considerando que en su existencia política el Partido Peronista, actuando como instrumento del régimen depuesto, se valió de una intensa propaganda destinada a engañar la conciencia ciudadana para lo cual creó imágenes, símbolos, signos y expresiones significativas, doctrinas, artículos y obras artísticas:

Art. 1°: Queda prohibida en todo el territorio de la Nación:

  •   a) La utilización, con fines de afirmación ideológica peronista, efectuada públicamente, o propaganda peronista, por cualquier persona, ya se trate de individuos aislados o grupos de   individuos, asociaciones, sindicatos, partidos políticos, sociedades, personas jurídicas públicas o privadas de las imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrinas artículos y obras artísticas, que pretendan tal carácter o pudieran ser tenidas por alguien como tales pertenecientes o empleados por los individuos representativos u organismos del                             peronismo (…)
  •  b) La utilización, por las personas y con los fines establecidos en el inciso anterior, de las imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrina artículos y obras artísticas que        pretendan tal carácter o pudieran ser tenidas por alguien como tales creados o por crearse, que de alguna manera cupieran ser referidos a los individuos representativos, organismos o              ideología del peronismo.
  • c) La reproducción por las personas y con los fines establecidos en el inciso a), mediante cualquier procedimiento, de las imágenes símbolos y demás, objetos señalados en los dos incisos           anteriores. Decreto 4161/ 1956 marzo.”

 

2. “Considerando que la finalidad sustancial de la Revolución Libertadora ha sido reintegrar al país a la vigencia plena y actual del derecho; Que tal objetivo se traduce en el plano político en el establecimiento de una verdadera democracia y un efectivo sistema de libertad de acuerdo con nuestra tradición occidental; Que el régimen desaparecido tuvo por instrumento                    fundamental del entronizamiento de la dictadura totalitaria que tantos y tan enormes daños causó al país, al llamado Partido Peronista, cuya personería política fue acordada en fecha 31           de enero de 1948”.

3.  García, Victoria (2019). “Las reescrituras de Operación masacre” en Estudios Filológicos, Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile.

4. Caviglia, Mariana, (2006) Dictadura, vida cotidiana y clases medias. Una sociedad fracturada, Buenos Aires, Editorial Prometeo.

5. Durante los gobiernos peronistas (1945/ 1955) se consagraron como derechos el salario mínimo, las vacaciones pagas, el aguinaldo, se garantizó la organización de los trabajadores en los sindicatos y su participación política, se instauró el voto femenino y la posibilidad de las mujeres a elegir y ser elegidas diputadas y agregadurías en las embajadas, y se creó el partido peronista femenino. También se consagraron los derechos del niño y de la ancianidad que son presentado ante la Organización de Naciones Unidas en 1948 y se les dio rango constitucional en 1949 al acceso a la vivienda y a la educación: se crearon escuelas secundarias, se desarrolló la educación técnica con la creación de la Universidad Obrera y se estableció la gratuidad de la universidad pública. La salud pública gratuita y de calidad entre muchas otras conquistas, fueron garantizadas por ley y por un Estado activo a favor de las mayorías.

 

El Programa Abuelas Relatoras por la Identidad, la Memoria y la Inclusión Social, comenzó en marzo de 2006 con el objetivo de colaborar con la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo, en el marco de las políticas por la memoria llevadas a cabo en ese momento por el gobierno nacional. Desde entonces hasta hoy ha habido diecinueve años de tareas sostenidas. La principal actividad consiste en la realización de encuentros intergeneracionales con niños, jóvenes y adultos, en escuelas e instituciones de la comunidad en los que se reflexiona sobre la historia reciente de nuestro país, los derechos humanos, la identidad, la memoria, el terrorismo de Estado, la verdad histórica, entre otros temas.

(*)Este trabajo fue publicado la revista Espacios. Facultad de Filosofía y Letras UBA  en junio 2021 link: http://revistascientificas.filo.uba.ar/index.php/espacios/issue /view/703. Hicimos un recorte para adaptarlo a esta presentación.

(**) María Silvia Prieto – Socióloga – Coordinación General Programa Abuelas Relatoras por la Identidad la Memoria y la Inclusión Social

(***) Mirta Tejerina – Socióloga – Coordinación Operativa Programa Abuelas Relatoras por la Identidad la Memoria y la Inclusión Social

 

 

Buenos Aires, septiembre de 2025

 

 

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