El vendaval y los votos

Crónicas desde el Imperio de Sulei. Mario Bellocchio

Una noche tenebrosa, la del sábado, con vientos de Comodoro (Rivadavia) en una ciudad en la que, como máximo, se han soportado vendavales de 70 km x hora que ya nos desgajaban añosas arboledas, así que para éstos que soplaron con ráfagas superiores a los 100 km x hora no hubo previsión instalada en cartelería y elementos livianos expuestos que pudiera sostenerse y ni hablar de las añosas, leñosas y enormes tipas (Tipuana tipu) que embellecen nuestras avenidas y –parecía que– sólo joden cuando se ponen a lloriquear resina y dejan a los autos estacionados a su sombra hechos un pegote para manguera a presión, típica arborestación de las grandes avenidas del norte de la ciudad, con su alegre floración amarilla. Pensar que hay quienes desde un cargo público sostienen que el cambio climático es un invento.

Parece que los muchachos de la “fiesta Bresh” que se hizo en el club GEBA y la llamada “Isla de Battuta” en el Hipódromo de Palermo no le dieron mucha pelota al Servicio Meteorológico Nacional que se desgañitó advirtiendo sobre la tormenta con sus “alertas naranja”. Lo cierto es que el SAME debió acudir a ambas a rescatar gente y a atender a unas 20 personas con heridas de distinta consideración, un saldo mínimo vistos los enormes daños materiales y de infraestructura en ambos lugares, que comparados con las trece víctimas de Bahía Blanca en el derrumbe de la estructura de un club, suenan a intervención milagrosa de otro tipo de protección.

En la mañana dominguera se podía contabilizar en la ciudad más de 600 árboles derribados por el meteoro, sin contar las ramas de gran porte que destrozaron los vehículos que encontraron en su caída y en Moreno, en el AMBA, segaron la vida de una mujer de unos 60 años que circulaba huyendo de la tormenta.

Cabe acotar, sobre la caída de grandes ejemplares derribados por el viento, que cualquier transeúnte, entre los que me incluyo, pudo observar algunas raíces amputadas, arbitrariamente cortadas con el fín de que no levanten veredas, cosa que le resta a esos leviatanes botánicos una imprescindible base de sustentación que los debilita y reduce su fortaleza al derrumbe, al sostén –poco– que puedan aportar sus raigones verticales, ya que los horizontales fueron mutilados. Claro que hay que considerar que vivimos en una ciudad donde se hacen podas veraniegas tituladas “desramificación”. ¿Qué le podemos pedir al respecto a los constructores de veredas? Sólo protestar por la insensatez del Gobierno porteño al desligar responsabilidades de este tipo en quiénes no tienen por qué conocer reglas botánicas de sustentación.

En otro orden de cosas el director de Defensa Civil de la ciudad de Buenos Aires, Alberto Carita, fue duramente increpado por meteorólogos de la emisora TN por no haber suspendido los eventos del GEBA y el Hipódromo de Palermo ante el alerta naranja del Servicio Metorológico Nacional y el funcionario se desubicó y contestó irónicamente los interrogantes del periodismo, acción por la cual el GCABA lo relevó de su función de contacto con la prensa reemplazándolo en esas lides por el subsecretario de Mantenimiento Urbano, Juan Salari.

Mientras tanto, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, además de concurrir a Bahía Blanca para prestar su apoyo, declaró en emergencia a toda la Provincia y dispuso asueto en todos los municipios afectados, dados los daños sufridos a raíz del temporal. El mandatario bonaerense ordenó la movilización del ministro de Seguridad, Javier Alonso, quien arribó a la ciudad durante la madrugada del domingo.

Además, ordenó suministrar todos los recursos sociales, sanitarios y logísticos necesarios para atender la emergencia como el traslado de camiones con 504 bidones de agua, 10.000 kilos de alimentos, 1.000 frazadas, 250 colchones, 500 kits de indumentaria y calzado, y 500 kits de limpieza.

Paralelamente, en horas del mediodía del domingo, hizo su arribo a la castigada ciudad del sur de la provincia el presidente Javier Milei donde se reunió con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y el intendente local, Federico Susbielles, para interiorizarse del operativo de emergencia desplegado por el temporal que causó en la noche del sábado al menos 13 muertos, al desplomarse el techo del gimnasio del club “Bahiense del Norte”. Milei llegó a Bahía Blanca a las 14.15, enfundado en una clásica campera militar de camuflaje –¿quizás un intento de pasar desapercibido?–, para realizar un seguimiento de la situación generada por el temporal de lluvia y viento, acompañado por la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y por los ministros: del Interior, Guillermo Francos; de Seguridad, Patricia Bullrich; de Capital Humano, Sandra Pettovello, y de Defensa, Luis Petri.

“Frente a eventos adversos se debe sacar lo mejor; los argentinos siempre sacamos lo mejor de nosotros mismos”, señaló Milei a los bahienses, y añadió: “Siempre ponemos delante nuestra solidaridad, por eso estoy plenamente confiado en que ustedes van a poder resolver esta situación de la mejor manera posible, con los recursos ya existentes”. Le faltó agregar: ¡No hay plata! ¡Ajo y agua! Para completar el panorama desatado de ¡¡Siguen los azotes en la Casa de Caifás!!

¡La Boca, La Boca se inundó! (de votos)

Mientras tanto, el domingo que había comenzado con las terribles noticias de la tormenta cobijó un nuevo vendaval, esta vez de votos. En pleno barrio de La Boca, en las carpas de la Bombonera el “Topo Gigio” Riquelme (Juan Román) le daba “el besito de las buenas noches” a Mauricio (Macri) que se las tomó aduciendo compromisos contraídos anteriormente como presidente ejecutivo de la Fundación FIFA. Cuando vio que las manganetas judiciales no le alcanzaban para concretar sus propósitos, largó en banda a Ibarra (Andrés), su compañero de fórmula, y se dedicó a criticar los abucheos con que Milei fue recibido cuando se presentó a votar.

“Los socios le ganaron a Macri”, el spot de Riquelme tras las elecciones en Boca.

Con un breve spot, el ganador de las elecciones de Boca Juniors, Juan Román Riquelme, celebró la victoria de este domingo y pidió que por los próximos cuatro años “respeten lo que los socios eligieron”. En circunstancias normales sería innecesario reclamar este cumplimiento pero evidentemente a Riquelme le queda claro que con “Mauricio” nunca se sabe.

Por Boedo también pasó el Ciclón

El temporal sólo atrasó unos minutos la iniciación de los comicios de este domingo en los polideportivos Roberto Pando y Lorena Alloni y terminó siendo una jornada récord en la que emitieron su voto 16.358 socios, superando el máximo histórico del club.

Marcelo Moretti –el ex miembro de la CD de Marcelo Tinelli que renunció en 2021 para postularse–, candidato de “Boedo en Acción”, se impuso este domingo con el 36,7 por ciento de los votos y se convirtió en el nuevo presidente de San Lorenzo de Almagro.

El abogado y empresario gastronómico incorporó a su proyecto a Néstor Ortigoza, quien estará a cargo del fútbol profesional, a Marcelo Culotta (“Orden y Progreso Sanlorencista”), a Sergio Costantino (“Por Amor a San Lorenzo”) –ex funcionario de Horacio Rodríguez Larreta en CABA– y a César Francis (“Volver a San Lorenzo”).

Los números finales dieron por ganador a Marcelo Moretti con el 36,73% (6.009 votos), en segundo lugar a Marcelo Culotta con el 28,59% (4.676 votos), en el tercero a Sergio Costantino con 23,62% (3.863 votos) y en el cuarto lugar a César Francis con el 10,92% (1.786 votos).

El nuevo presidente electo constituyó fórmula con Néstor Navarro, empresario ganadero, y también acordó con el historiador Adolfo Res, precursor de la Vuelta a Boedo, justamente una de las prioridades de la fórmula vencedora junto a la común aspiración de las cuatro listas presentadas de dar continuidad al DT Rubén Darío Insúa, cuyo contrato vence a fin de año.

Este viernes 22 se realizará el acto de asunción, pero el propio Moretti ya confirmó que este martes acompañará al actual presidente, Horacio Arreceygor, al sorteo de la Copa Argentina que organiza la AFA.

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