El periodista Iraquí que le revoleó un zapato a Bush

Mucho tiempo después, el periodista iraquí, Muntazer al Zaidi, conocido por haber arrojado un zapato al expresidente de EEUU George W. Bush, en Bagdad  es símbolo del fracaso estrepitoso de EEUU en Irak.  Dio una entrevista a la web Sputnik (Rusia).

— Ante todo, podría contarnos del incidente del zapato, el que se hizo famoso en todo el mundo.

— Primero, déjeme que le cuente que yo había estado planeando golpear a George Bush desde unos 4 años antes del incidente. Tengo guardada la grabación del vídeo en la que yo decía que —el mandatario— respondería por mi pueblo. Estaba buscando una manera de responderle con una fuerza, que fuera, en teoría, igual a la que utilizaron contra el pueblo iraquí. Lo recibió —el zapatazo— por mentir: cuando George Bush mintió durante uno de sus discursos que decía que los iraquíes recibirían a los estadounidenses con flores. Imagínese cómo se vería: como un mecanismo de propaganda estadounidense, sionista  lo cubría como si el pueblo iraquí hubiera dado la bienvenida a los invasores. Nos acusaban de ello, y quería responderle de esa manera, una manera puramente árabe”.

— ¿Dónde están ahora aquellos zapatos que tiró a la cara del expresidente de Estados Unidos?

— “Claro que ellos rompieron aquellos zapatos el mismo día, porque se dieron cuenta de que ese calzado sería de particular importancia. Pues fue el primer zapato árabe arrojado a un presidente de EEUU. También hubo exigencias de exponerlos en un museo.

En vez de hacerlo, insto a crear un museo en memoria de los caídos en la guerra, y un museo de las víctimas del terrorismo, así como un museo de la dignidad de los árabes y un museo de los gobernantes árabes”.

— ¿Si se repitiera ese tiempo y estuviera enfrente del presidente de Estados Unidos, haría lo mismo?

— “Esto solo ocurre una vez: es como una ‘inyección’ que debe tomarse una sola vez, y luego hay que tirar la jeringa. Aquel incidente fue una respuesta a la declaración de George W. Bush de que supuestamente lo recibiríamos con flores. Por lo tanto, merecía una respuesta. Pero no voy a utilizar este método en todo momento. Cada presidente de Estados Unidos tendrá su respuesta, por ejemplo, fundé una organización cuyo objetivo es rechazar la ocupación estadounidense de Irak. Nuestro objetivo es demandar a los implicados en la agresión en Irak y los que cometieron crímenes contra el pueblo iraquí”.

— Mucha gente conoce su acto, pero no sabe quién es Muntazer al Zaidi. ¿Cómo se describe usted?

— “Soy un ciudadano árabe, nacionalista. Nací en Irak, en Bagdad, pero crecí en la provincia de ‘Zi-Kar’, también es el lugar de nacimiento del profeta Abraham. Esta provincia es de gran importancia y significado, ya que es única y todos los iraquíes la conocen, es una ciudad de poetas, músicos, y es la ciudad natal de algunos políticos iraquíes. Estoy casado con una libanesa”.

— Algunos periódicos escribieron sobre su último discurso en un canal egipcio, cuando pronunció la siguiente frase: “Alá no puede detener a los que robaron la riqueza de Irak”. ¿Por qué dijo eso?

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Muntazer al Zaidi

— “Lo que pasó fue que dije que la existencia de Alá y el Corán no son obstáculo para los que robaron la riqueza de Irak. Es decir, son ‘ladrones’ que no tienen miedo de Dios, y siguen robando. Sin embargo, la prensa destacó mis palabras y las dio como una ‘distorsión y pecado contra la verdad de Dios’. No es admisible, porque yo soy una persona religiosa, y temo a Dios”.

— Después del incidente con los zapatos, lo detuvieron. ¿Podría contarnos algunos detalles de ese momento?

— “Al detenerme, me metieron en la cárcel de la inteligencia nacional por tres meses. Durante todo este tiempo fui interrogado y luego me trasladaron a una colonia común, donde pasé unos seis meses. Durante aquel tiempo, mi tribu Banu Zayd salió a las calles exigiendo al gobierno iraquí que me liberaran.

Ahora vivo en Beirut. Rechacé la propuesta del Parlamento suizo, agradeciéndoles. Pero me negué rotundamente al asilo político en Suiza después de que me prohibieron volver a mi país”.

— Sabemos que usted pertenece al islam chií. ¿Ha tenido algún problema debido a eso en Irak?

— “Los que afirman que existe una discriminación religiosa en Irak, están profundamente equivocados. Estas preguntas no nos separan de ninguna manera. Los hijos de mis primos son musulmanes chiíes, pero sus esposas o esposos son musulmanes sunitas. Y así vive todo el país. Los que cometen masacres en Irak, tanto chiíes como suníes, son extremistas y no representan al pueblo iraquí, que siempre ha vivido y vive en armonía con todos. Mi tribu, a la que pertenezco, ‘Zaidi’ o ‘Banu-Zaid’, cuenta con unas miles de personas, la mitad de ellas son sunitas, y la otra mitad son chiíes. En Irak es normal”.

— ¿Usted cree que hay ciertas partes que juegan algún papel en la aparición del cisma religioso?

— “Por supuesto. Pues, Estados Unidos siempre trata de provocar este cisma religioso, no solo en Irak, sino en todos los países árabes. Es un juego muy conocido para EEUU. Por ejemplo, vemos que Estados Unidos todo el tiempo está apoyando indirectamente a Daesh en Irak, pero afirma que está luchando con el régimen chií. Además Estados Unidos apoya a algunos grupos terroristas en Siria.

Recibí información de unos líderes militares iraquíes, que liberaron algunas zonas de Irak de Daesh. Esta información indica que —los militares iraquíes— se encontraron unos paracaídas de las fuerzas estadounidenses que desembarcaron con ayuda médica y alimentaria y armas en el desierto. Esta ayuda la recibieron los militantes de Daesh. Estos paracaídas pueden ser utilizados solo por los militares estadounidenses. Estados Unidos los enviaron a los combatientes de Daesh para que pudieran resistir al ejército iraquí, que lucha contra el terrorismo”.

 

 

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