El gran Klimombo

CRÓNICAS POÉTICAS DEL TERCER MILENIO

 Muestrario de hechos verídicos, otra mirada sobre los tiempos presentes para los habitantes del futuro. Por José Muchnik

Abril 2021

La palabra: poco a poco uno se envicia, a causa del asma abandoné temprano el tabaco, a causa de la poesía el consumo de alcohol fue ganando en sabiduría y el vicio de las palabras se fue agravando. Amasarlas, palparlas, sentir latidos, buscar orígenes, descoserles el forro, descubrir entre sus tripas restos de peces y espinas tragados en épocas remotas. ¿Por qué no darme el gusto de hibridar semillas griegas y bantúes aclimatadas al Río de la Plata? Así generé Klimombo, publico este vocablo por primera vez en el periódico “Desde Boedo”, abusando de la amabilidad de su director que soporta estoicamente los delirios de un poeta perdido en el tiempo y también en el espacio, pero que dice ser de Boedo, barrio que sigue siendo barrio, que pese a todo guarda el alma, gracias a su gente, a sus boliches, a sus veredas…, y a esos ecos de tango que siguen resonando en adoquines que ya partieron.

Klimombo: crisis estruendosa, multidimensional, que sacude el mundo”

Vocablo acuñado a comienzos del siglo XXI para designar la crisis del todo, climática sanitaria ecológica espiritual amorosa económica política… Crisis que pone en cuestionamiento la supervivencia misma de nuestra especie llamada “humana”. Coincidirán conmigo en que no se trata de un capricho de poeta barrial, hacía falta esta palabra.

Klim: de Klima, raíz griega que significa inclinación, en este caso la latitud, inclinación de un punto respecto al sol, lo que determina su temperatura. Apasionante las familias de palabras y su evolución, Klinein (inclinar) dio Kliné, cama, sobre la que uno se reclinaba, y de ahí viene clínica, donde había tantas camas, y también clítoris, promontorio inclinado que… ¡Josecito! Ya te estás pasando de la raya, eso es abuso de amabilidad, no tiene nada que ver con el tema de la nota. Está bien Mario, está bien, pero dejame completar la explicación, le injertaremos germoplasma bantú al Klima griego. ¡Silencio! La operación es más que riesgosa, el oficio de poeta es de alto riesgo, trabajamos en permanencia con sustancias explosivas: palabras y sentimientos.

Para obtener Klimombo injertemos la partícula Ombo proveniente de Kilombo, expresión que concentra sonido y ritmo en danza de sentidos, proviene del idioma kimbundu, hablado principalmente en Angola, ahí se usaba para designar a grupos de hombres asociados para celebrar los rituales de iniciación de los guerreros. Ya en estas costas, sometidos a inhumanas condiciones de esclavitud, promovida por “civilizados” europeos, muchos esclavos huían y se instalaban en zonas alejadas donde fundaban poblaciones de “negros libres”, en Brasil esas poblaciones fueron llamadas “kilombos”, algunos de ellos llegaron a ser famosos como el kilombo de “Palmares” que resistió años los asaltos del ejército portugués. Luego la palabra continuó su viaje hacia el Virreinato del Río de La Plata, al comienzo sinónimo de prostíbulo barato, más tarde su uso se generalizó hasta ocupar un lugar preponderante en el habla de argentinos y uruguayos, desorden desbarajuste despelote barullo escándalo… Kilombo devino una bella palabra polisémica, gran desafío hibridarla en estos comienzos del siglo XXI con germoplasma griego, y volver a ponerla en órbita.

El TODO: Tenemos dificultades para visualizar el conjunto, la súper especialización de las disciplinas científicas llevó a una parcialización de los conocimientos y de las miradas, perdimos la contemplación del mundo como un gran teatro, donde todo está en interacción, humanos animales vegetales, montañas ríos mares… Vemos el calentamiento climático por el ojo de la cerradura ¡La epidemia del Corona Virus actúa en el mismo teatro! La crisis económica, las guerras, los fanatismos políticos o religiosos…,  también… ¡Debemos ver el Todo! ¡No el Globo! ¡La globalización no existe! ¡Cada vez más fracturados, desde donde lo quieran mirar! Pero existe un Todo, compuesto de sequías e inundaciones, de tsunamis y huracanes, de escasos multimillonarios y millones de pobres, de privilegiados y miserables, de vacunados y muertos esperando oxígeno en puertas de hospitales… El recalentamiento del planeta, no es sólo un problema climático, es resultado del TODO. Que haya negacionistas no es nuevo, siempre los hubo, para negar el genocidio Hitleriano o de los indígenas americanos, que Bolsofacho siga quemando el Amazonas para que los “agronegocios” crezcan vigorosos, no me asombra. Pero los datos y las observaciones son implacables, el planeta se recalienta debido a la actividad humana, hubo un aumento considerable de los gases a efecto invernadero (CO2, metano, vapor de agua…) Y ya se ha desencadenado la gran carambola que sacude el planeta billar.

Olas de calor, sequías, incendios, ciclones, inundaciones…, se traducen en pérdidas de cultivos, y de fertilidad de suelos, en desertificación de millones de hectáreas, que ya no servirán a la obtención de alimentos básicos, aumentando los niveles de malnutrición y desnutrición. El agua potable deviene un recurso escaso en las zonas afectadas por la falta de lluvias, la evaporación de lagos o ríos… Poblaciones enteras son obligadas a migrar dejando tras ellos esqueletos de ganado sobre tierras estériles ¿Han comenzado las guerras del agua? Todas las previsiones muestran que la obtención de este fluido vital estará al origen de numerosos conflictos futuros. No cabe duda de que con la tendencia actual, el gran Klimombo acentuará la disparidad entre ricos y pobres, a nivel internacional y al interior de cada país o región. Una vez más pagan los inocentes, se estima que la mitad más pobre del planeta, 3.500 millones de personas, es responsable de solo el 10% de las emisiones de carbono, el 10% más rico genera la mitad de las emisiones mundiales.

La Cumbre

Entonces el nuevo presidente de Estados Unidos, invitó a cuarenta líderes mundiales, el 22 y 23 de abril del año en curso, a una cumbre virtual sobre el cambio climático para preparar la Cumbre del Clima de Glasgow (COP26) que tendrá lugar entre el 1º y el 12 de noviembre de este año. Y así vamos de Cumbre en Cumbre, se pronuncian grandilocuentes discursos, se anuncian ambiciosos objetivos, se formulan sólidas promesas… Un sólo problema, no ven el Todo. Por supuesto que hay que reducir la emisión de gases con efecto invernadero, pero eso es el resultado de un modelo socio-económico basado en la maximización de la rentabilidad financiera como objetivo fundamental de las actividades productivas. Primero las finanzas, luego la vida. Primero la rentabilidad de las grandes compañías mineras, luego las aguas, los cultivos y la salud de las poblaciones que viven de esos cursos de agua. Primero la rentabilidad de las compañías extractivitas o del agribusiness, luego las selvas, vida y vegetación haciéndose humo. Sean selvas de Costa de Marfil produciendo el cacao que multinacionales del sector aprovecharán como se debe, sean selvas del Congo produciendo el aceite de palma que entrará en sabias composiciones industriales, sean selvas Amazónicas para que vacas y soja produzcan beneficios para patrióticos fazendeiros. ¡También divisas! Las divisas necesarias para que países asfixiados por la deuda sigan bajo respiración artificial.

No sé si alguno de los asistentes a la próxima cumbre leerá “Desde Boedo”, lo dudo, por pura cábala digo: Señoras y señores, estamos presenciando las consecuencias del “destructivismo”, las consecuencias de un modelo que sacrificó vidas a las finanzas. Señoras y señores, para salir del gran Klimombo habrá que resetear el modelo, no alcanzará con emparchar la rueda, no alcanzará con reducir las emisiones de carbono, habrá que poner la vida en el centro. La vida humana y también la vida de animales, vegetales y minerales que nos acompañan en esta aventura.

No será fácil pero todavía vale la pena intentarlo, mañana tal vez sea demasiado tarde.

 

 

 

 

 

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