Cruel, sin el cartel

Mario Bellocchio. El año pasado, cuando aun el peor virus con el que nos tocaba convivir se llamaba Macrivid-19, los boedenses tuvimos que padecer algunas carencias e infracciones no cometidas pero sí sancionadas por estacionar sobre la vereda impar de Castro al 700, entre San Juan y Carlos Calvo.

En la calle Castro desde la avenida Garay hasta la avenida Independencia está permitido estacionar sobre la mano izquierda según normativa del GCABA. Sin embargo, parece ser que alguna ráfaga misteriosa dio cuenta del cartel de la E sobre fondo celeste que informaba y avalaba la norma. Los señores controladores, veloces como el viento que voló el desaparecido cartel, se pasaron el santo y password de dónde había una convocadora trampa para boedenses –y no boedenses– incautos, prestos a caer en las redes de agentes de tránsito tan veloces para cubrir su cuota diaria de “boletas” como lentos para averiguar sobre la ausencia de cartel, o me va a decir que se pasaron un año largo gastando papel público y tiempo ciudadano pretendiendo sancionar una no-infracción sin enterarse, aunque fuera por medio de chismes vecinales, de que el cartel celeste, desde su caída, había pasado a ser elemento decorativo de algún living.

Le preguntamos a Hernán Gorretta, comunero de la 5, y nos contó que

“los vecinos recibieron decenas de multas por los agentes de tránsito pese a que es una calle habilitada. Me hicieron llegar su preocupación y desde marzo que presenté notas al gobierno central reclamando que instalaran de nuevo dicho cartel. Seguí insistiendo en cada reunión de Junta Comunal y su presidente Sebastián Perdomo Carricart se hizo eco y desde ahora los que viven allí podrán estacionar sin que les hagan multas injustamente o las grúas les lleven sus vehículos.

Nadie debió verse privado de estacionar por la falta de señalización ni haber tenido disgustos y multas. Por suerte eso ya no va a suceder.”

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