Boedo

Su Red de Cultura en una visión académica

Roxana Valeria García decidió emprender, en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Nacional de Avellaneda, la carrera de Licenciatura en Gestión Cultural para lo que consideró apropiado elaborar su tesina* eligiendo como tema a la Red Cultura Boedo. Y emprendió la ardua tarea de elaboración llevada a cabo en 2019. En una primera lectura me agradó tanto el análisis como pertenecer a una comunidad que provoque este tipo de estudios medulares y me planteé de inmediato hacer un recorte cuya extensión resista un periódico mensual como Desde Boedo con el fin de dar a conocer fragmentos de semejante tarea vitalizante tanto para quienes integramos la Red como para aquellos que sólo participan de alguna actividad (M.B.).

 

Un modelo de gestión cultural (Tesina de grado)

[…] El presente estudio propone un análisis de las redes culturales en tanto modelo de gestión cultural que puede contribuir a la recuperación de lazos comunitarios y de cooperación en los barrios, así como al fortalecimiento de sus instituciones y de la identidad local. La Red Cultura Boedo, localizada en el barrio homónimo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con sus más de 60 instituciones y 16 años de trayectoria, se constituyó como el caso de estudio ideal para poner a prueba la hipótesis planteada.

[…]Pudimos ver en este caso, que encontrarse en la calle reedita mitos fundacionales que persiguen ideales que hoy gozan de la misma actualidad que cuando se forjaron, pero estos actores no se quedan quietos regodeándose en ellos, sino que proponen una caminata permanente hacia la transformación social. Esta red tejida a través de la humanidad de sus integrantes tiene una guía de valores: solidaridad, cooperativismo, reciprocidad, horizontalidad y responsabilidad social, entre otros. La ideología a través de la cual ven el mundo está relacionada con el tipo de organización que conformaron, pero también con la identidad forjada en el barrio a través del tiempo. La identidad histórica y territorial son pilares sobre los que este entramado se sostiene, estructura que además les permite proyectar utopías que los puedan colocar en el camino del buen vivir.

[…] Para empezar, nos ubicamos geográfica e históricamente en un barrio, Boedo y vimos cuál fue la génesis de la Red Cultura Boedo, objeto de nuestro estudio. Una vez conocidos estos datos que permitieron una  contextualización clara, en cuanto al pasado y su papel decisivo en nuestra investigación, pudimos abocarnos a la actualidad de la red y su rol dentro del territorio que la alberga. Es así que planteamos la hipótesis: “La Red Cultura Boedo utiliza un modelo de gestión que permite la recuperación de los lazos comunitarios y de cooperación del barrio, así como la reafirmación de la identidad local de sus habitantes y el fortalecimiento de las instituciones   que la conforman” y la contrastamos con la realidad.

[…] La construcción de un marco teórico articulado a partir de la noción central, utopía, brindó un  camino para comprender el tipo de modelo que propone esta red. Tanto la identidad histórica  como el territorio como soporte identitario fueron las bases para poder construir un argumento coherente que permitiera dilucidar cómo esos pobladores tejen a través de su humanidad, la red que integran. Vimos cómo encontrarse y construir consenso es la clave de la convivencia, pero también, advertimos que esto es insuficiente si no se cuenta con una guía de valores que articule los vínculos personales e interinstitucionales. La solidaridad, reciprocidad y horizontalidad consolidan el modelo y lo fortalecen.

[…] La identidad y las memorias fundacionales ofrecen un marco que acompaña la perdurabilidad de la organización, pero la red no las cristaliza en el pasado, sino que posee una actitud proactiva con la mirada puesta en la transformación social. Descubrimos que no todo es fácil, que requiere un gran esfuerzo  autogestivo pero que las dificultades no son impedimento para seguir adelante. No depender económicamente de partidos políticos o gobiernos, les ofrece libertad de acción y de decisión. Hablamos de política interna, partidaria y pública, las cuales no coinciden en sus motivaciones y objetivos, pero conviven en planos superpuestos. Muchas veces estas visiones discuten entre sí y disputan estructuras de poder. La construcción planteada por este colectivo tiene finalidades claras de recuperar lazos sociales perdidos por políticas neoliberales y con su accionar en parte lo están logrando. Trabajar desde la colaboración, colectivización y cohesión social termina de dar forma a este modelo que eligieron como el adecuado para reunir la cultura barrial.

[…] Pensé en la utopía como concepto preponderante a la hora del análisis, pero no en su concepción más amplia y asociada a lo inalcanzable, sino atendiendo a las micro utopías cotidianas, esas que permiten avanzar, tener victorias, quizá pequeñas, pero que juntas generan una transformación a largo plazo. Al consultarles a los miembros por este término, los más antiguos confesaron que en un principio la red parecía serlo. Pero que hoy después de 16 años, con 66 organizaciones dentro de sus líneas pasó a ser una utopía alcanzada. El saber esto les permite plantearse nuevas utopías posibles, y buscar ese lugar mejor que no siempre existe, pero que puede construirse. Las utopías del pasado, esas que fundaron el barrio y que se generaron a partir de ideologías anarco-socialistas, también dan un sustento a lo que en el presente ocurre. Los años 20’s (del siglo XX) fueron, de alguna manera, el punto de partida. Boedo no sería lo mismo sin la Editorial Claridad y su búsqueda de democratizar  la cultura, sin el Grupo de Boedo o sin los grandes compositores de tangos que inmortalizaron una particular forma de ver el mundo. ¿Sería lo mismo si Boedo no hubiera conseguido ser barrio en el año 1972? ¿O si después de tantos años, no hubiera obtenido su plaza como lo hizo gracias al acompañamiento de esta red y de un conjunto de vecinos que luchó por conseguirla? Todos estos hechos que no sucedieron simultáneamente sino a lo largo de muchos años, y que son fundacionales, permitieron la construcción de una identidad  fuerte, que no se queda únicamente en el pasado como algo estático, sino que lo utiliza como  base de proyección hacia la búsqueda de un mundo mejor. Un territorio que sustenta, pero no ata, en donde las relaciones humanas, solidarias y comunitarias, se expresan en todos los  ámbitos, en las casas, en las organizaciones, porque sus habitantes son los que proyectan lo  que sucede, los que buscan intersticios en un poder que por lo general no es demasiado amable con sus pobladores. Logran a pesar de todo comunicarse, conectarse, expresarse y sentirse parte de un mismo “sueño”.

[…]¿Es factible pensar lo desarrollado en Boedo como modelo de gestión cultural? Sí, efectivamente. Puede tomarse como ejemplo a la hora de producir políticas públicas, que fortalezcan a las instituciones e identidades de las comunidades. Ciertas características como  la horizontalidad, la toma de decisiones a partir de la construcción de consenso, la comunicación interna y externa como factores clave; las relaciones interpersonales, cara a cara, por sobre las institucionales; la búsqueda de nuevos caminos a partir del conocimiento aportado por el conjunto, la solidaridad y cooperación; la política sí, pero no la partidaria que suele dividir más que unir. A todas estas propiedades podemos tomarlas como constantes  que dan cuerpo a una red cultural, funcional a sus objetivos.

[…] En base a lo observado en   la red objeto de estudio,  las ideologías a las que responde este tipo de organización interconectada, serían aquellas que enfatizaran la lógica horizontal y asociativa y no otras en donde prime la individualidad por encima de lo colectivo. Es así que en la Red Cultura Boedo, instituciones con una ideología “más de derecha” terminaron alejándose, por no encontrarse cómodas con esta línea de pensamiento.

[…] Entender la cultura como el eje que atraviesa y sustenta la totalidad del quehacer humano, es lo que permitirá no traicionar ni traicionarse, a la hora de ofrecer herramientas a las comunidades en donde pretendamos conformar una red cultural.

 

 

(*)tesina: trabajo escrito de investigación que exigen en algunas facultades para poder acceder a los estudios de doctorado.

A diferencia de la tesis que busca, por medio de una profunda investigación, generar un aporte a su campo, la tesina no es tan profunda en cuanto a investigación ni busca aportar conocimientos nuevos, sino recopilar información. Las tesinas son más del tipo textual. informativo y las tesis del argumentativo.

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