El barrio Cafferata en mi historia familiar

Mi abuelo Santiago y los orígenes de ese barrio obrero. Mario Bellocchio
Mi abuelo Santiago y yo en 1940

El abuelo Santiago (Cafferata, mi apellido materno) siempre hablaba de su “ascendencia francesa” acudiendo a la doble “f” como contrapartida de una presunta doble “t” que afincaría el origen en Italia. Su uso familiar de cierta terminología gala como llamar a mi abuela Madame Châtre por su parecido con un cuadro de 1789 de la Comtesse de la Châtre abona mi relato.

Un día en que llevándome a la escuela Zinny le pregunté sobre su vinculación con el nombre del barrio Cafferata –donde se situaba la escuela– terminó contándome por qué ese sub-barrio de Parque Chacabuco fue bautizado con su apellido.

Resulta ser que allá por 1914 las deplorables condiciones de la vivienda popular llevaron al diputado conservador Juan Félix Cafferata a formular la Ley de Casas Baratas(1), a raíz de la cual se creó la Comisión Nacional de Casas Baratas (CNCB) que procedió a la construcción de 161 casas individuales, conjunto habitacional conocido bajo el nombre de “Barrio Cafferata”.

Se considera al Barrio Cafferata como el tercer barrio obrero oficial, ya que la Comisión ya había construido en 1919, frente al Parque Patricios, una primera casa colectiva para obreros, denominada Valentín Alsina y, previamente, en el año 1910 ya se había erigido el primer barrio obrero, Butteler, en Cobo y Avenida La Plata.

Juan Félix Cafferata en 1935

Decía el diputado en una nota de Caras y Caretas:La habitación insalubre es un grave problema. Existe lo mismo en las grandes capitales como Buenos Aires, que en los más apartados rincones de la República. El conventillo y el inquilinato de la Capital Federal; el rancho de los suburbios y de la campaña del interior; la choza rudimentaria del aborigen, en los territorios nacionales, son ejemplares que muestran la intensidad del problema y la necesidad de resolverlo. La vivienda insalubre, al margen de la higiene y de la moral, es una lacra social”.

(…) “No conozco nada tan doloroso como el espectáculo de la vivienda insalubre; sin aire, sin sol, sin alegría, donde la familia crece en condiciones de vida muchas veces inferior a las de los brutos. Hasta los pájaros tienen su nido y las fieras su guarida. El ser humano no puede eludir una de las condiciones esenciales para su desenvolvimiento, para la crianza y educación de sus hijos. Casa y familia son términos correlativos. La ley aspira al ideal de la casa propia para todos los habitantes de la República. Ideal inseparable de la vida de familia. De la casa que haya abrigado la cuna de los hijos; que haya sido testigo de los días prósperos y de las horas adversas; de las ilusiones y de los pesares; seguridad del presente y tranquilidad para el porvenir; legado que un día pasará a las nuevas generaciones con historia y el recuerdo de los antepasados. (2).

La construcción del barrio

El Barrio Cafferata en sus comienzos –quedan pocas viviendas que conserven el diseño original– estaba integrado por chalets blancos de estilo inglés de dos tipos: la casa individual o separada y las gemelas o semi-separadas, en ambos casos de dos plantas. Todas casas de mampostería revocada y techos de tejas españolas o francesas. Originalmente tenían un pequeño jardín al frente y otro más amplio al fondo y mosaicos en damero, blancos y negros. Algunas con tres dormitorios, la mayoría, dos.

Con su notoria influencia británica, a pesar de las modificaciones que sufrieron con el correr de los años, siguen constituyendo un conjunto de viviendas alineadas alrededor de un edificio central, en este caso la escuela primaria Antonio A. Zinny.

Esquina SO de Salas e Igualdad en 1940
El Barrio Cafferata hoy visto desde José M. Moreno y Asamblea

El predio de unas 5 hectáreas, donde se asientan las viviendas, está circundado por Asamblea, José María Moreno, Estrada y Riglos, con calles interiores como Igualdad, Fraternidad y República, que completan un conjunto de nueve reducidas manzanas incluida la oval que contiene a la Escuela Nº 22 C.E. 8 “Antonio A. Zinny”, mi querida escuela primaria, y la primera línea de edificación de Riglos desde Estrada hasta Asamblea.

En sus orígenes las veredas era unos caminos elevados de ladrillos de máquina, de apenas metro y medio de ancho, que se completaban con un resto de pasto a más bajo nivel al que se descendía por escaleritas de cantos redondos de los prolijos y artesanales ladrillos. Yo llegué a conocer algunas de esas veredas en mis primeras incursiones de pre o post concurrencia a las aulas.

La entrada a la Escuela Zinny

La escuela “Antonio A. Zinny”, –la Nº 22, del distrito escolar 8– fue inaugurada el 25 de mayo de 1930. En principio, el proyecto que elevó al Ejecutivo la Comisión Nacional de Casa Baratas, preveía en ese lugar una “plaza para ejercicios físicos”.

Con mis cándidos seis años de los comienzos escolares, entusiasmado por el relato del abuelo sobre el origen barrial, perdí de vista mi pregunta inicial sobre qué tenía que ver él con el nombre del barrio y el abuelo, con una “verónica” digna de un torero(3), esquivó el compromiso de hablar sobre sus propios orígenes.

Años más tarde, ya adulto, escuché en los mentideros familiares mitos y leyendas sobre los orígenes del abuelo Santiago. Dichos nunca confirmados ni desmentidos, aseguraban que Santiago era hijo natural reconocido de Juan Félix, de manera tal que Mario Horacio Bellocchio Cafferata podría ser, de comprobarse el aserto, biznieto de Juan Félix Cafferata, el diputado creador de la Ley de Casa Baratas cuyo apellido –y el mío materno– lleva el pequeño barrio ubicado en Parque Chacabuco.

La ventanita equivocada

Erróneamente se dice que la zona inspiró la creación del tango Ventanita de arrabal –letra de Pascual Contursi y música de Antonio Scatasso– grabado por Carlos Gardel en 1927.

En el barrio caferata/ En un viejo conventillo/ Con los pisos de ladrillo,/ Minga de puerta cancel,/ Donde van los organitos/ Sus lamentos rezongando,/ Está la piba esperando/ Que pase el muchacho aquel.

Seguramente Contursi alude al barrio utilizando el significado “lunfardo” del término “caferata” –así, con una sola “f”–, cafishio, proxeneta, bastardeando la jerarquía barrial al tildarlo de “caferata” y de ningún modo se refiere al “Barrio Cafferata” –con dos “efes”– que trata la nota, barrio de casas nuevas para obreros que, entre otros detalles probatorios del equívoco, no contaba de ningún modo con “conventillos”.

 

 

 

 

 

(1). La ley 9.677, del 5 de octubre de 1915, también llamada “Ley Cafferata”. El conglomerado edilicio comenzó a construirse en 1918, y fue habilitado en junio de 1921, es decir, durante la intendencia de José Luis Cantilo y la primera presidencia del radical Hipólito Yrigoyen.

 

(2). Juan F. Cafferata; El 20º aniversario de la ley 9677; Revista “Caras y Caretas” (Buenos Aires). 5/10/1935, n.º 1.931. P.P. 64 y 65.

 

(3). Verónica: esquive de capa del torero frente al toro considerado fundamental en tauromaquia.

 

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