El adiós a Luis Zorz

A los 92 años de edad murió Luis Zorz, al decir de Otilia Da Veiga (1) “el fileteador de Buenos Aires”.
La placa en la puerta de Boedo 837

Luis, un artista popular por excelencia, deja su huella pintada en toda la Ciudad, donde sus trabajos derraman el buen gusto artístico a la vez que el conocimiento que revelan sus placas-homenaje. Boedo, por gestión de su Junta de Estudios Históricos, fue beneficiado por numerosas obras del artista señalando “hitos barriales” como la placa colocada en la célebre puerta de Boedo 837 donde Antonio Zamora dio los primeros pasos de su editorial “Claridad”. Otros lugares destacados que la pandemia mantiene en vilo lucen, resguardados por el momento, trabajos del maestro Zorz: El restorán “Plaza Mayor”, el “Esquina Homero Manzi” y el Tortoni”, entre otros. Su omnipresencia en la Ciudad llevó a la Legislatura porteña a distinguirlo como Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2). (MB).

 

Matías Mauricio (3) decía de Zorz un año atrás:

Luis Zorz es una ración de lo porteño. Con apenas doce años se inventó un oficio: pintor de letras, luego –por arrebato de la imaginación– fileteador. Benito Quinquela Martín dijo de él: “Luisito es un loco romántico que le dio vida y color a un arte que anda sobre ruedas”, y trascartón le concedió la “Orden del Tornillo”, símbolo que premia a los locos de espíritu. León Untroib y Carlos Carboni, dos de los más grandes artistas que diera el filete, fueron sus maestros(…) Sin miedo a equivocarse, Luis Zorz es el artista plástico argentino con mayor obra en la calle.

 

Dice Otilia Da Veiga:

En el año 2011, en ocasión de dar a la imprenta el libro “Historia de la Academia Porteña del Lunfardo” de la que fui coautora junto con José Gobello, donde se incluye la nota, entrevisté una tarde a Luisito. De esa charla extensa, volcaré algunos trozos de sus confesiones:

“Cursaba la escuela primaria cuando conocí a León Untroib, quien trabajaba en la fábrica de carros “Lois Hnos”, en Avenida La Plata y San Juan. A partir de ese momento fue como si León escribiera las primeras páginas de esta historia. Nos veíamos de vez en cuando…, él me daba un listado de carros y yo, que me estaba iniciando en el oficio, los visitaba. Mis comienzos fueron retocar las taras (4) y las patentes de los carros deterioradas por el paso del tiempo; ellas debían mantenerse legibles para cumplir con las normas del tránsito. En mi itinerario recorría los corralones de Parque de los Patricios, Barracas y Pompeya”….”Una vez lo acompañé a León a visitar la casa de Francisco Aguado, un personaje emblemático del filete, que vivía en la calle Zañartú, cerca de la cancha de San Lorenzo; recuerdo que en cuanto lo vió le dijo: –¿Qué hacés ruso, siempre les trabajás a esos chupasangre? –en referencia a la fábrica de carros. A este personaje, todos los fileteadores que conocí a lo largo de mi vida, me lo nombraban, especialmente Carboni, quien lo consideraba maestro de todos.”… “León y Carboni me contaban que los primeros Gardeles que aparecieron pintados en los carros, después de 1936, los pintaba Francisco Aguado que era un retratista fiel; un perfeccionista.”…” Yo también soy deudor y es oportuno que lo diga: de estos largos años rescato la importancia de mi vinculación con la Academia Porteña del Lunfardo y en especial mi amistad con José Gobello, porque a su lado, aprendí a andar este camino cultural y a rodearme de afectos que enriquecen mi vida”  Buenos Aires 30 de noviembre de 1998. Luis Zorz.

 

(1) Presidenta de la Academia Porteña del Lunfardo (“Historiadora Porteña 2019, Junta Central de Estudios históricos CABA)

(2). El 2 de junio de 2011 la Legislatura aprobó la Ley N° 3.814 que distingue a Luis Zorz como Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

(3). Matías Mauricio en “Cohete a la luna” escribió la nota “¿Usted conoce a Luis Zorz?” de la que extrajimos este párrafo. Matías, al decir de Roberto Selles, es un estupendo letrista de tangos y también un excepcional poeta de avanzada, que ha dado hasta ahora un solo poemario: Bandoneón blindado (2010) y Julián Centeya, biografía y poesía inédita (2014) en coautoría con Roberto Selles.

(4). La tara de un vehículo es la masa del equipo fijo autorizado del vehículo, sin tomar en cuenta el peso de sus conductores o pasajeros, la carga o la dotación de agua, el combustible, los repuestos, o las herramientas o accesorios que pueda llevar.

La fotografía de portada pertenece a la colección de Luis Zorz. La de Boedo 837, a Mario Bellocchio.

 

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