Dengue-dengue

El bajo-autopista de Castro Barros. Mario Bellocchio

El Gobierno de la ciudad exhorta a “vaciar los recipientes con agua” mientras que en los terrenos que administra, olvida y se desentiende al por mayor de lo que solicita que se lleve a cabo en la pequeña superficie de una maceta.

Allá a comienzos del calendario –56 DC–, Séneca afrontaba un juicio por conspiración en la corte de Nerón y, respondiendo al interrogatorio sobre su prédica contraria a sus acciones emitía una frase hecha célebre a partir de aquel momento:
“Haz lo que yo digo, más no lo que yo hago”.

Acababa de instalar la “hipocresía” como intento de fuga  de la responsabilidad que le compete a quien exhorta, de predicar con el ejemplo.

El jefe de Gobierno de la Ciudad invierte importantes sumas en la campaña de lucha contra el dengue. De hecho este periódico ha sido portador de esa convocatoria vecinal en sus ediciones de enero y febrero: “Juntos podemos prevenir el dengue. Vaciá y cepillá los recipientes que acumulen agua”, predica Larreta, mientras que en la vida cotidiana de Boedo, un espacio bajo-autopista, en Castro Barros al 1200, abandonado desde que se le quitó la concesión a “La 25 fútbol” –un espacio de fútbol 5 y 6 que cesó en sus actividades debido a la pandemia– junta, charcos, larvas y “ratas tamaño cuis” sin que las autoridades del Gobierno porteño presten atención a los constantes reclamos vecinales y de juntistas de la Comuna 5, quienes como Hernán Gorreta no paran de reclamar sobre la urgente situación.

Dice Gorreta sobre el problema: “hace más de 3 años que este predio del GCABA bajo la autopista está abandonado, convirtiéndose en un criadero de ratas, repleto de mugre y ahora en criadero de mosquitos. Venimos insistiendo con la limpieza y tratando de hacer escuchar a las autoridades los reclamos vecinales”.

“En la Ciudad de Buenos Aires ya hay 3.689 casos de dengue (5 de abril), 8 son de gravedad. El jefe de Gobierno le pide a lxs porteñxs (sic) que trabajen en la prevención, pero él en su gestión y con un presupuesto billonario no puede evitar que en Boedo se siga propagando”.

Y concluye Gorreta: “Un predio abandonado es un predio que junta ratas y charcos, lo contrario de lo indicado para combatir a los mosquitos, y esto es propiedad del GCABA. Igualmente el año pasado tuvimos una reunión con AUSA pidiéndole que enrejaran los costados de la autopista y tampoco lo cumplieron con lo acordado. Los vecinos nos cuentan que por las noches se les mete gente en las terrazas. ¿Hasta cuándo el GCABA y AUSA, en el lugar más rico del país, van a seguir sin darle respuesta a los reclamos vecinales”.

El Gobierno de la ciudad exhorta a “vaciar los recipientes con agua” mientras que en los terrenos que administra olvida y se desentiende al por mayor de lo que solicita que se lleve a cabo en la pequeña superficie de una maceta.

“Haz lo que yo digo, más no lo que yo hago”, recobra vigencia en pleno siglo XXI.

 

 

 

 

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