Por Pablo Bellocchio |
La selección creció ofensivamente, abandonó la estática y una vez más de la mano de Messi, se llevó la victoria. Parrafo aparte para Lionel. “No es de este planeta, es de Jupiter” Dijo el técnico nigeriano despues del partido.
No puedo escribir una crónica del partido. No puedo. Me puede el hincha.
Está el hincha argentino que recién ahora le reconoce méritos a Lio. Está el que empezó a reconocerlo con aquellos 3 goles en el amistoso con Brasil en los Estados Unidos. Y están tambien los que desde el comienzo lo alentaron. Particularmente yo me siento hincha de Messi desde siempre. Quizás porque sigo al Barcelona desde la época de Romario y Stoichkhov; vi al Barca sufrir con Rivaldo, crecer con Ronaldinho y finalmente estallar con Messi. Ese combo de simpatía por el Barcelona + adn albiceleste, me hicieron seguir los pasos del petiso rosarino desde temprano.
Cada vez que en Argentina lo criticaron – Algunas veces con cierta razón – yo mordia bronca. Como en la Copa America del 2011, con aquel tiro libre a las nubes. Como en el mundial 2010 en donde no pudo mojar. Por eso este presente Messianico tiene sabor a revancha para los que idolatramos a Lio desde la primera hora. Este presente es el de aquél electrizante gambeteador que vimos con Eto´o; ese que se asociaba con Ronaldinho. Ese que se puso la 10 y se encontró con Xavi y con Iniesta. Ese que hizo crecer a Pedro, a Alexis Sanchez y ahora a Neymar. Es ese. Pero de celeste y blanco.
Ese que, como contra Nigeria, puede hacer un gol tempranero, bien a lo Batistuta, simplemente por estar atento a un rebote. Ese que despues de apilar a dos nigerianos le da un pase gol fantástico a Higuaín que se va por muy poco. Ese que tiene un tiro libre lejano que Enyeama (aquél que le negó todo en Sudafrica 2010) le saca por poco. Y un minuto después tiene el mismo tiro libre y se tiene tanta confianza que esta vez la mete. La mete a lo Maradona. No… a lo Maradona, no. Ya se puede decir que la mete a lo Messi. Porque hace rato que Lionel se ganó un nombre propio en el universo del fútbol. Hace rato que el es ya una constelación con luz propia. Una de las estrellas mas brillantes de la galaxia futbolera. Y en este mundial se está recibiendo de indiscutido. De leyenda. Cuando lo veo en la cancha, sueño. Empiezo a creer que la puede traer a casa. Que 28 años después puede volver. De su mano. Con su zurda. La dorada… la del mundo… puede volver.
Quedan 4 partidos. Este tímido petiso ya ha hecho cosas mas dificiles. Yo las ví. Era otra camiseta nada mas. Pero él era el mismo que ayer salió ovacionado por todo un estadio que le hacia reverencias bajo el grito de “Meeessi, Meeeessi”. La misma reverencia que le hacen en el Camp Nou.
Después hubo un partido, sí. Que ganó Argentina sufriendo en defensa y que lo pone en octavos de final, para verse la cara con un Suiza que tiene como emblemas a Shaquiri (un petiso movedizo al que vamos a tener que marcar bien de cerca) y a Lichsteiner (un lateral volante con oficio que cuando quiere puede complicar). Suiza tiene un fútbol mas abierto que nuestros rivales en primera ronda. Y a partir de octavos, dicen, empieza el verdadero mundial. Si el resto de la selección lo acompaña, Messi nos puede llevar a esa final que no tocamos en 24 años.
Tres motivos para creer:
Una llave que, si se dá la lógica, no nos daría un rival experimentado hasta semifinales (probablemente Holanda). – Ojo. dije experimentado, no complicado, porque complicados son todos. Preguntenle a Inglaterra o a Italia que piensan de Costa Rica sino – .
Una copa que no entregó ningún cuco. Brasil tiene los mismos problemas que la Argentina. Alemania es y será Alemania pero no se la ve imbatible. Holanda arrancó con todo, pero sufrió para ganarle a una Australia muy livianita. Uruguay perdió por el resto de la copa a su máximo emblema: Luis Suarez. Nadie está mucho mejor que nuestra selección.
Y finalmente el motivo mas importante de todos: Lionel Andrés Messi. El petiso de Rosario. El Messias. El 10. Un nigenio inigualable. Que por suerte, es argentino.