Como “emplear” a los jóvenes

 

Por Mario Bellocchio
Expo Empleo Joven: precarización y pasantías no rentadas. Un manual explícito de sometimiento laboral

“Estamos muy contentos porque, hasta el momento, la Expo Joven superó ampliamente las expectativas. Esperábamos 100 mil entre los dos días y solo el martes llegamos a 175 mil asistentes”, declaraba exultante el director general de políticas de juventud de la Ciudad, Fabián Pereyra, a cargo de la feria, quien se apresuró a señalar, antes de que quedara palpable la evidencia del “hambre” que se reflejaba en las largas filas de acceso: “el 70% eran jóvenes que buscaban cambiar de trabajo y solo un 12% de ellos estaba desempleado”.

Rápido de reflejos, el vicejefe de Gobierno Diego Santilli, aclaraba en referencia al 70% que pretende cambiar de empleo: “Habla de ganas de superarse y de progresar. Estos dos días en la Rural vivimos un clima de un país que avanza con la fuerza de sus jóvenes”, dando pruebas concretas de la vigencia PRO de su capacidad de elaborar eufemismos a partir de aquel que trocó los atroces aumentos tarifarios en simples “sinceramientos”.

De todos modos su afán oportunista no pudo escapar de las feroces críticas que le dedicaron por la “Expo Empleo Joven”, una feria que prometía empleo genuino y sólo ofreció pasantías no rentadas y recepción de CVs. Hasta le enrostraron su precariedad de conocimiento del idioma ante el tweet en el que invitaba: “La primer jornada de #ExpoEmpleoJoven fue un éxito!! Te esperamos mañana nuevamente en La Rural”, para recibir miles de réplicas sobre la concordancia idiomática: “Se escribe primera jornada”. Mientras otro señalaba: “¿Hay alguien en el PRO que no sea bruto? y eso que no tuvieron ‘la desgracia de caer en la escuela pública'”.

En definitiva, sólo notas de humor comparadas con la crítica general sobre la “Expo”.

La mayoría de los asistentes expresó en las redes sociales la gran decepción y denunció la precariedad laboral de la propuesta.

  • “La fiesta de la flexibilización laboral”.
  • “Empleo genuino: nada. Mucha mano de obra barata. Trabajo precario de esclavos”.
  • “Indigna ver cómo juegan con la ilusión de la gente y le hacen perder horas haciendo cola . Una verguenza”.
  • “Expo Empleo Joven La Rural” = mentira”.
  • “Para los que tengan pensado ir, no pierdan el tiempo. Te hacen gastar plata en pasaje. Te comés una cola de más de 3 horas y recién cuando entrás al predio están los pretendidos ‘puestos de trabajo’ donde, básicamente, te dan un volante con info de ‘a lo que se dedica la empresa’ y te dicen ‘si te interesa, envía tu cv por internet'”.

Son sólo algunas de las definiciones recogidas o comentados en las redes sobre la “monumental muestra de empleo joven”, según tituló pomposamente el Gobierno porteño.

Entre los 200 stands de La Rural, donde figuraban empresas del nivel de Mercado Libre, Puma, Havanna, Clarín, Vittal o Sugus, sólo cinco recibieron los currículums de los postulantes. Una de ellas, Philip Morris, de descarnada propuesta, ofrecía una pasantía no rentada de un año.

En uno de los extremos del pabellón Amarillo –color adecuado, si los hay, para esta propuesta–, se encontraba el sector denominado “Talleres de Orientación laboral” y la sala de “Reuniones con líderes”, lugares de variada oferta que excluían específicamente al empleo, sin eufemismos, proveyendo en su lugar la ruda vaselina de la explotación laboral disfrazada como “talleres de entrenamiento para una primera entrevista laboral”, “cómo redactar tu currículum”, cómo quedar registrados para “formar parte de la base de reclutamiento de las empresas participantes para cubrir futuras búsquedas laborales”, talleres que explicaban cómo abordar una entrevista con un potencial jefe, un sector de orientación laboral o una sala de “Reuniones con líderes”,  además de merchandising que incluía lapiceras, jugos, anotadores, bolsas y caramelos.

La actividad de la muestra, que se desarrolló en el predio de la Rural durante el lunes 29 y martes 30 de mayo contó, en su última jornada, con la presencia del Presidente de la Nación, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, su vice Diego Santilli y el ministro de Trabajo de la Nación, Jorge Triaca, entre otros funcionarios.

“Estamos en este mundo para ser felices y para recibir amor”, pregonó Macri a los expectantes jóvenes en un implícito mensaje de “paz y amor” para el segmento poblacional más afectado por la desocupación que él supo producir. La tasa de desempleo en los jóvenes de 15 a 24 años creció de 19 a 24,6 por ciento en el segundo trimestre de 2016 frente al mismo período del año anterior.

La socióloga e investigadora del Conicet Marta Novick, directora del Centro de Innovación de los Trabajadores (CITRA), expresaba “Aun suponiendo que sea maravilloso, hay diez pibes por cada puesto. Y según lo que escuché, apunta a empleos de baja calificación, ya sea en Mc Donald’s o en otro tipo de trabajos de servicios”. “Para los jóvenes es mucho más difícil ingresar al mundo laboral porque por lo general las empresas piden experiencia previa, pero además por el contexto sociopolítico actual”. “Ahora la mayoría de las empresas se están achicando y no agrandando. Uno permanentemente escucha que hay empresas que están perdiendo empleo e incluso cerrando. Es un momento de cambio de proceso económico productivo donde probablemente vuelva a haber una fuerte polarización del mercado de trabajo, sobre todo para los jóvenes” –concluyó.

Como corolario de esta lamentable y promocionada muestra, el director general de políticas de juventud de la Ciudad, Fabián Pereyra corroboró, ante la requisitoria periodística que “la convocatoria fue toda digital”. Del 24,6 por ciento de jóvenes desempleados, sólo recibieron la invitación los que tenían computadora y conexión a internet porque “los currículums no se entregaron en mano”. “Estamos en la época digital y estamos apuntando a ese target” –señaló–, quedando explícita la segregación del sector joven sin acceso a la informática.

 

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