¿Un tema agotado?

En el imaginario siempre existe la idea de que la esperanza no es vana. Y que en cualquier momento puede surgir la apertura de un espacio obturado por la constante e interesada prédica del desaliento.

Necesitábamos que las utopías
se cumplieran, para eso vivimos.
Necesitábamos acallar voces
canallas
para demostrar su falacia.
Necesitábamos que la esperanza
tuviera su justa recompensa.
Necesitábamos que las coincidencias
se arraigaran en la realidad.
Necesitábamos que los hijos
fueran semejantes a sus
progenitores.
Necesitábamos que las búsquedas
se resolvieran en
encuentros.
Necesitábamos que los símbolos
expresaran
concreciones.
Necesitábamos
que “el granizo barriera
el refugio de la mentira”.
Por eso necesitábamos
que los nietos fueran
de sus abuelos,
que “recuperado”
significara más que un adjetivo
y que “Abuelas” representara
algo más
que un grupo de viejitas.

Por todo eso
la aparición de Guido
va más allá del
acontecimiento,
es la expresión de la necesidad
de un pueblo.

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