“Sociales” modelo 1898

El 4 de diciembre de 1897 “La Capital” inauguró la primera línea de tramways eléctricos –con un recorrido extenso y perdurable que circuló en nuestro país– entre la Av. San Juan y Entre Ríos y el barrio de Flores, pasando por Boedo.
El imperial –de dos pisos– y el “palace car”

La novedad fue de inmediata aceptación. Tanto que menos de un año más tarde una excursión rentada de uno de los coches de pasajeros utilizados por “La Capital” –los “imperiales” de dos pisos, cerrados abajo y abiertos arriba– acompañado, además, por un coche de lujo llamado el “palace car”, revolucionó a la aristocracia de la época y provocó la emisión de una nota de “Vida social” en la prestigiosa publicación “Caras y Caretas”.

CARAS Y  CARETAS / BUENOS AIRES, 22 DE OCTUBRE, 1898

VIDA SOCIAL / UN PASEO A LA FLORESTA

CUMPLIENDO nuestra promesa de dar la nota social de la semana, ofrecemos en este número a los lectores de CARAS Y CARETAS la vista que del paseo ofrecido a sus amigas por la señorita Susana Quesada, tomó nuestro fotógrafo señor Vargas. Las excursionistas han llegado a la Floresta y estimuladas por el encanto de una tarde verdaderamente primaveral, hacen su lunch atendidas por los jóvenes que han ido acompañándolas, invitados por el señor Héctor Quesada, padre de la señorita organizadora de la simpática fiesta. El autor de Ivette rivaliza en buen humor con la muchachada alegre que le rodea y que puede tomarle como modelo de elegancia y de caballerosidad. Este paseo, el primero que se realiza en el palace-car del tramway eléctrico «La Capital» es una nota simpática en nuestro Mundo social y estamos seguros que llamará la atención hasta de los más indiferentes la gracia y distinción de las excursionistas.

Concurrieron al paseo, entre otras, las señoritas María Isabel Terrero, Ema Angélica Montero, Delfina Amadeo, María Florentina Moreno, Eva Gonnet, Belén Wilding, Virginia Tomkinson, Ruth Pérez, Judith, Haydée y María Teresa Quesada, Sara y María Inés del Campo, Raquel Casares, Zalema Rosa, Lorenza Zenovilla, Agustina y Josefina Roca, Elisa y Clara Juárez Celman, Susana Quesada y un núcleo brillante de nuestros muchachos alegres, que en la noche agotaban el diccionario en nuestros salones aristocráticos, buscando calificativos con que expresar las buenas horas que adeudaban al señor Quesada y a su interesante hija Susana.

Fotografía de Vargas para CARAS Y CARETAS.

 

 

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