Lula, el regreso

 

La debilidad argumental de las acusaciones que pesaron en su contra contribuyeron a devolverle popularidad por lo que se han renovado las expectativas de su candidatura a un tercer mandato.

Según la acreditada consultora Datafolha, en las elecciones directas cuya realización apoya el 63% de los brasileños, se impondría en primera vuelta Luiz Inácio Lula da Silva con un 26 por ciento de intenciones de voto.

Lula, que sextuplica la aceptación del actual “presidente” Temer, ha resistido con holgura los misiles de los ataques periodísticos y judiciales cotidianos, a través de noticias contaminadas y procesos basados en “convicciones” más que en pruebas, y encabeza las estadísticas con un 26 % de aprobación, contra el 17 % de Marina Silva, precandidata de la Red de Sustentabilidad Suma, el 8 % por Geraldo Alkmin, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) y el 4 % de Temer, del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).

El dispar crecimiento de los candidatos muestra a Lula con una progresión del 9% desde diciembre de 2015 mientras que Marina Silva perdió 6 puntos en el mismo lapso.

El reverdecimiento de la popularidad de Lula y la exigencia de elecciones directas, han renovado el impulso de su candidatura a un tercer mandato.

Joao Pedro Stédile, líder del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, planteó que “La burguesía dio un golpe para aumentar sus tasas de ganancia, y después de eso quiere tornar inviable la candidatura de Lula por eso es necesario garantizar el derecho de Lula a ser candidato”.

Los sectores de las clases medias, esencialmente anti PT, luego de movilizarse por el golpe en 2015 y 2016, al grito de “Fuera Dilma”, ahora comienzan a adherir a la consigna “Fuera Temer”.

En el sondeo divulgado ayer, Temer encabeza la lista de los políticos con alto rechazo, con el 45 %, seguido de Lula con el 44 %: esto significa que un segmento considerable jamás votaría al PT si Lula lo liderara. Se trata de la población blanca con ingresos medios y altos, aunque últimamente ha caído más del 5 % ese rechazo por el líder del PT.

Las denuncias de corrupción conocidas la semana pasada terminaron con las expectativas, aunque pequeñas, que aún conservaba el alicaído Temer a sólo 7 meses de asumido el cargo, y acaso hubieran sido peores si la encuesta se hubiera realizado esta semana, luego de que se publicó que Temer recibió unos 2,9 millones de dólares ilegales de la constructora Odebrecht. Y no es un infundio de la oposición: la acusación fue realizada por un ex ejecutivo de Odebrecht, Claudio Melo Filho, y según trascendió habrá más imputaciones contra miembros del núcleo duro del gobierno y sus aliados en el Parlamento, artífices de la destitución del gobierno elegido.

Entre los posibles denunciados por los directivos de la constructora aparece Eliseu Padilha, actual jefe de gabinete, del Partido Movimiento Democrático (PMDB), igual que Temer, quien ya vio rodar la cabeza de seis ministros, en su mayoría envueltos en casos de corrupción.

Ayer el mandatario suspendió su agenda de compromisos públicos para reunirse con el titular del PSDB, Aécio Neves, con quien al parecer se analizó una reforma ministerial para garantizar la sobrevivencia del gobierno.

Si hasta hace dos semanas la prensa era reticente a hablar de una salida del presidente, ahora las especulaciones sobre el fin anticipado de una gestión que debería concluir el 31 de diciembre de 2018, son la comidilla cotidiana.

Folha de San Pablo publicó ayer, lunes 12, que fuentes cercanas al gobierno y al Congreso dijeron sin rodeos “que el gobierno corre serio riesgo de caer”.

 

(Informe basado en lo publicado por Página 12 en el día de la fecha 13-12-2016)

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