Larreta en Boedo

Las desventuras del funcionario en la reunión con los vecinos. Vino por lana y volvió trasquilado

Desde que el PRO es gobierno en la Ciudad, cada vez que convoca a los vecinos de Boedo ya se sabe que se refiere a los vecinos PRO, los aplaudidores, los del ¡Bien, Mauri! y esas adhesiones profundas –profundamente lamebotas, diría Fidel–. Porque parece ser que el mailero mandado a elaborar por el bueno de Marcelo Bouzas lo sacaron de la lista de afiliados. Si lo sabrán La Asociación vecinos por la Plaza y este periódico –con dilatada y largamente legal e inscripta actuación barrial– que jamás reciben aviso de esos actos, incluida la inauguración de la Plaza por la que tanto trabajaron.

Lo cierto es que la gente de Boedo que tiene ganas de concurrir a estas convocatorias, aunque no haya sido invitada, siempre termina enterándose y, si quiere, nadie le impide hacerse de una silla y anotarse en la lista de oradores, aunque lo miren como a sapo de otro pozo.

A las 19.30, en La Balear, unos 200 “invitados” –y algunos infiltrados– que colman las instalaciones reciben la presencia del Jefe de Gabinete CABA que viene a hacerse cargo de su invitación: “Hola Cacho” (Así de personal el convite. A Cacho, el jubilado de Macri, también le debe haber llegado) “¿Cómo estás? Quiero escucharte, quiero que me cuentes en primera persona qué podemos hacer para mejorar tu vida y la de tu familia. Este martes voy a estar en tu barrio, Boedo…”.

Y era el lugar, la hora y la muchachada que, a pesar de la selección del Chelo*, no está muy dispuesta a deglutir sapos ni discursos de campaña, según puede verse ante las primeras preguntas. Todos se quejan de cuestiones de urbanismo, luminarias, basura, con problemas que les atañe a ellos y a los 8,66 metros de “su” vereda, haciendo gala de un “ombliguismo” digno de mejor causa. Caso testigo: una señora, extrapolada de Once, reclamando por los “manteros” de Boedo…, en fin.

Así las cosas, no podía estar ausente la seguridad –por supuesto–, ahí se producen los primeros “desórdenes corales” reclamando Policía Metropolitana para Boedo. Quejas por los “malvivientes” de la plaza, los “mugrientos” que viven bajo la autopista, los “vándalos” que pintan graffiti, etc, etc, etc.

El ínclito Larreta, calificado frontón en estas lides, lucía un tanto azorado por el acoso. Había una lista de oradores. Los reclamos sobre servicios varios se reiteraban y el funcionario trataba de explicar por qué todo eso no lo podían resolver. De vez en cuando aparecía un vecino de las inmediaciones de Carrefour y le planteaba su preocupación por el tema San Lorenzo. Una señora se explayó al respecto. Una “tierna viejecita” que le comentó que había hablado con el gerente de Carrefour quien le contó que el proyecto original era hacer un “Carrefour Planet”. “No sé qué es  eso” –contestó Larreta. –“¡Ah! ¿no sabe? puede mirarlo en Internet, donde lo vi yo: hay 5 en todo el mundo”.

Como la cosa transitaba por una abrumadora mayoría de “anoto sus inquietudes” ganándole por goleada al “se hizo, estamos haciendo o haremos esto”, la barra mayoritaria de asistentes se hizo oir reclamando: “Hablemos de San Lorenzo, que es un tema que nos interesa a muchos. Que conteste lo de San Lorenzo”. La lista de oradores, a esta altura, ya era sólo un papel inútil…

Horacio Rodríguez Larreta: “Hay un director de organismos que sabe lo que se puede construir en cada lado. Yo le propongo a los que les interese específicamente el tema…

Vean: en la ciudad hay ochenta mil manzanas (se corrige) 20 mil manzanas. No sé de memoria qué pasa con cada una.”

Vecino: “En la página está. La pregunta es: para construir un estadio ustedes van a cambiar la zonificación de esa manzana.”

HRL: “Hay un director de organismos que sabe de cada una.”

Vecino: “¡Ustedes lo publican en la página y no la leen!”

HRL: “Es un tema de la Legislatura.”

Vecino: “Sí, y ustedes después votan y aprueban leyes.”

Funcionario: “Es una ley de 40 votos, ésa.”

Vecino: “Con todo respeto Horacio. Le parece que en esta reunión no se puede responder si se va a construir un estadio en una zona residencial o no. ¿Se puede ningunear esta pregunta?”

HRL: “Si me hubieran preguntado sobre la construcción de determinada escuela o un caño específico les diría lo mismo. Yo no puedo contestar preguntas específicas.”

Vecino: “Pero esto no es un tema específico, no es cualquier manzana. Van a hacer una cancha de fútbol en un barrio.”

HRL: “Cuando veo que hay muchos a los que le interesa determinado tema entiendo que hay que hacer una reunión especial sobre ese tema. Si es de educación, de educación; si es de hidráulica, de hidráulica…”

Vecino: “Lamento llevarme la impresión de que hay un arreglo para evitar el tema. Lo lamento.”

 

La reunión se había desmadrado y las miradas ahora se posaban sobre el connotado “cuervo” Bouzas –además de Jefe Comunal, conocido activista de la “restitución histórica”– que, tratando de recuperarse de su color azul tirando a grana, se sitúa en la mira de la muchachada con sus inútiles –y carísimos– veredones de Inclán para “peatonalizar” las esquinas de la citada calle con Muñiz y Mármol que mantuvieron Inclán cerrada al tránsito durante ¡ocho meses!

“No cuida los veredones similares que tiene en Boedo a dos cuadras de la sede comunal –que, acotamos, lucen en total, y peligroso, estado de abandono– qué puede esperarse de éstos nuevos, vecinos al proyectado estadio” –reflexiona un irritado asistente.

La cuestión es que el astuto Jefe de Gabinete/candidato aprovecha la oportunidad para mascullar un breve “así no se puede seguir” y se retira ante las quejas vecinales. En el trayecto se cruza con una escueta delegación del PAMI zonal que acariciándole la camisa le agradece las obras de gobierno. “¡Qué careta!” –le comenta un vecino a otro. “¡Larreta, La-rre-ta!” –Recibe como respuesta.

 

(*) Chelo: apelativo del conocido “cuervo” Marcelo Bouzas (PRO), presidente de la Junta Comunal 5.

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