La vandalización del Normal 8

La serie de robos que padece el colegio y la desprotección del Gobierno de la Ciudad

Cuando el martes 12 las autoridades del Colegio Normal Superior 8 de Carlos Calvo 3150, a metros de la Plaza Mariano Boedo, fueron a ingresar a la institución, se encontraron con la desagradable sorpresa de que, por tercera vez en lo que va del año, habían sufrido un robo de características depredatorias. El hecho se produce en medio de la ausencia de un casero que cuidaba el predio, ya que desde que se jubiló el año pasado quien se desempeñaba en esas funciones, el Gobierno de la Ciudad no repuso a nadie en el cargo. “Ésto sucede después de que el año pasado nos quedamos sin casero. Teníamos a un hombre que vivía en el lugar que se jubiló y desde el Gobierno no abrieron el puesto porque hay que refaccionar la vivienda pero jamás se hizo”, relataba a la prensa la vicerectora Viviana Alonso.

“Hoy era un día especial, íbamos a festejar el día del maestro y nos encontramos con esto. Es muy triste. Es el tercer robo que sufrimos el año pero sin dudas es el peor”. “Rompieron puertas, bancos, cunas del jardín. Se robaron los cañones para proyectar, computadoras, dinero, revisaron papeles. Quedó todo destrozado. Tuvimos que suspender las clases”, aseguró y comunicó que, dadas las circunstancias, suspendieron las clases en el colegio hasta nuevo aviso. “No podemos tocar nada porque estamos esperando a los peritos de la policía”, explicó. “Ahora nos recomiendan que pongamos alarmas pero las tenemos que pagar nosotros desde la Cooperadora, el Gobierno de la Ciudad no nos da nada. Necesitamos tener seguridad en la zona. Es un predio muy grande”, denunció.

El centenario Colegio Normal de Carlos Calvo 3150 está en problemas dadas las condiciones a que lo someten las autoridades de Gobierno que lo dejan sin la presencia fundamental de un casero que se encargue del cuidado del lugar fuera del horario de clases y en una situación tal de descuido que sólo facilita el ingreso de delincuentes y la depredación que ellos generan.

Si la excusa es que hay que refaccionar la vivienda del casero para reponer la función, tal refacción es de extrema urgencia y no puede postergarse indefinidamente. Y si es necesario un sistema de alarmas lejos del alcance de los modestos fondos de la Cooperadora, el Gobierno de la Ciudad debe hacerse cargo de su provisión con la premura que el caso requiere.

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