Juan Manuel Sánchez

“Fue mi primer contacto con un lápiz; de ahí en más jamás lo abandoné; comencé a descubrir mi futuro. No sabía que la felicidad partía de algo tan pequeño” (Juan Manuel Sánchez)

El pasado miércoles 5 de octubre falleció Juan Manuel Sánchez. Poco después de cumplir los 86 –había nacido en esta ciudad el 28 de agosto de 1930– fue internado en el Hospital Rivadavia por un cuadro de insuficiencia renal cuyas complicaciones lo llevaron a terapia intensiva y posterior desenlace con un paro cardio-respiratorio. A las 20:45 del 5 de octubre, Juan Manuel  partió de este mundo al que tanto honró con su arte.

Hace algo más de tres años la Legislatura porteña lo distinguió como Personalidad Destacada de la Cultura. En esa oportunidad nuestro amigo Leonardo Busquet escribía para Desde Boedo:

 

Juan Manuel Sánchez es porteño. Nació en Buenos Aires el 28 de agosto de 1930.

Sus primeros pasos fueron con el maestro Alfonso Lafita. Se formó en la técnica del arte figurativo y más tarde, con el maestro Vicente Puig perfeccionó la línea, la forma y el color. Así llegó a investigar los misterios estéticos de la figura humana. Ralph Westbrook, biógrafo del artista, señala que Sánchez comienza a desarrollar una respuesta emotiva a la forma humana, principalmente el de la mujer como generadora de vida.

Entre 1956 y 1959, Juan Manuel Sánchez, Ricardo Carpani y Mario Mollari, dan forma al Grupo Espartaco. Córdova Iturburu los define como “vigorosos y temperamentales”… “un arte de fuerte acento americano y de proyecciones sociales, el nativo de América, sus particularidades raciales y sociales, sus infortunios y el camino de su liberación”. Como declaran en su manifiesto: hacen “una pintura netamente latinoamericana de formas y contenidos nacionales y revolucionarios”. La de Espartaco es una obra comprometida con su tiempo que conmueve y moviliza los espíritus. Tras el puntapié inicial, se suman al grupo: Juana Helena Diz, Pascual Di Bianco, Carlos Sessano, Espirilio Bute, Claudio Piedras, Raul Lara y Franco Ventura. Espartaco se reconoce en los grandes muralistas latinoamericanos: Rivera, Sequeiros, Portinari y Guayasamín, entre otros.

La intensa trayectoria de Sánchez describe 3 grandes períodos:

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Juan Manuel, en febrero de 2013, trepando escaleras para concluir los paneles del mural que hoy luce sobre los muros del bar “La Poesía”.

El primero, es la etapa revulsiva y contestataria del grupo Espartaco. El segundo, su experiencia europea en los años 70 que coincide con la larga noche de terror, la última dictadura cívico-militar en Argentina. Y el tercero, ya en los años 80, con su retorno al país y a su ciudad. Es en ese tiempo donde Sánchez profundiza su arte en torno a la forma femenina con un subjetivo colorido de sensualidad y poesía. Más tarde llegan sus años en Canadá y finalmente su nuevo retorno… ¿será el definitivo? Hace poco señaló en un reportaje: “Regresé para dejar mis huesos aquí”. Se define como un “pintor social”. Y en cada hora de cada día, observa y registra en la tela. También se da su tiempo para caminar por la ciudad que quiere, a la sombra de los amados barrios porteños, como diría Raúl González Tuñón, poeta inmenso al que supo ilustrar tanto como al entrañable Rubén Derlis.

El lunes 11 de marzo de 2013, a las 6 de la tarde, la Legislatura porteña, en nombre del pueblo de la ciudad, declaró al  pintor, muralista, grabador y dibujante: Personalidad Destacada de la Cultura.

Gracias querido maestro, gracias Juan por el amor, por tu enorme humildad y por tanto compromiso ético y estético.

Leonardo Busquet

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