El robo de la Escuela Almafuerte

Mensualmente, con la aparición de la edición impresa de DESDE BOEDO, concurro a la Escuela Almafuerte, de Maza al 1900, donde hago entrega de unos cuantos ejemplares del periódico para su distribución entre los padres del alumnado y no pocos muchachitos de los grados superiores. Esta vez coincidió la visita con el acto por el 25 de mayo. Me sorprendió que ante el enorme y habitualmente bullicioso salón no se usaran, como habitualmente sucede, micrófonos y parlantes. Y se lo hice saber a Claudia Ferrentino, directora del establecimiento y persona de mi relación desde hace largo tiempo, lapso que abarca fines de 2010 cuando con motivo de la campaña electoral por la presidencia de San Lorenzo de Almagro, uno de los candidatos, el Dr. Marcelo Moretti, donó a la Asociación Cooperadora de la escuela un equipo de amplificador y parlantes que, en su momento, tuvieron un costo de cinco mil pesos, suma totalmente inabordable para una entidad como la Cooperadora.

“Nos robaron los parlantes” –me sintetizó Claudia– y, ante mi asombro, dadas las características “mamotréticas” de estos elementos –unos 90x50x50 cms. y un peso no menor a 50 Kg. cada uno– me relató los pormenores que con su anuencia trascribo:

Los parlantes fueron robados durante las elecciones del 26 de abril. La llave de los edificios escolares sólo está, en épocas normales, en posesión de los caseros. Nadie puede entrar, ni el director de la escuela, sin que le abra el casero.

Cuando se usa el establecimiento como sede para el sufragio de los ciudadanos las cosas varían. Por orden de la Secretaría Electoral –a cargo en este caso del Juzgado de la Dra. María Romilda Servini de Cubría –, el casero o encargado del edificio tiene que entregar las llaves a las fuerzas de seguridad –en la Escuela Almafuerte, la Policía Federal y la Prefectura– que custodian el edificio y el acto electoral.

El acto de entrega del edificio se realizó el sábado aproximadamente a las 6 de la mañana a personal de la Policía Federal Argentina. El personal de la escuela regresó alrededor de a las 11 de la mañana para ofrecer un refrigerio a quienes se encontraban en servicio y encontró al uniformado que llegó a primera hora, acompañado de dos personas de sexo femenino y uno de sexo masculino sin uniforme, a punto de almorzar. Entendió que se trataba de los encargados de la organización del acto electoral que habitualmente se presentan para preparar las instalaciones. Durante la mañana se había procedido a acondicionar el local escolar, incluido el subsuelo donde se encuentra el salón de actos, el escenario y donde se encontraban los parlantes faltantes.

Durante el día sábado se produjeron los relevos de guardias a las 14 horas, las 22 y las 6 de la mañana.

El domingo 26 el mismo personal escolar se presentó por la mañana a realizar una ronda antes de la apertura del local a los votantes y observó que se había cambiado la ubicación de los cuartos oscuros móviles desde el salón de actos en el subsuelo hacia la planta baja, quedando el subsuelo en desuso sin acceso al público. Se encontraba presente el jefe local Leonardo Altieri quien acompañó la recorrida y dio algunas instrucciones sobre el retiro de elementos tales como útiles escolares, botellas de gaseosas, etc. En ningún momento hizo mención de los parlantes.

Durante el día el personal escolar pasó en tres oportunidades para revisar el estado de los baños, sin notar ninguna irregularidad. Por último, aproximadamente a las 20 horas fue convocado por la sargento Mirta Melgarejo LP 19417 de la Policía Federal  quien le solicitó la firma del acta de entrega del establecimiento junto a la puerta de entrada.

Mientras las últimas autoridades civiles se iban retirando luego del escrutinio, el personal escolar fue convocado para proveer hielo debido a que una ciudadana había sufrido una caída. Siendo aproximadamente las 23 el Jefe Altieri le solicitó la firma de una segunda acta de entrega mientras tanto un micro escolar esperaba en la puerta. Cabe mencionar que para la firma de esta segunda acta el Jefe Altieri solicitó al personal escolar desplazarse hasta el cuartito de Primeros Auxilios lejano a la puerta de salida.

Al retirarse todo el contingente movilizado para el acto eleccionario, el personal escolar notó que, a diferencia de la totalidad de elecciones anteriores, no se habían retirado las grandes bolsas negras que contenían las boletas sobrantes y procedió a sacarlas a la calle para su retiro junto a los residuos comunes.

Una vez que el personal de la escuela se reintegró a sus actividades, la persona encargada de la limpieza del escenario, dio aviso sobre la falta de los parlantes. No se observaron signos de violación de cerraduras.

 

Hasta ahí los hechos. La Sra. directora me relata su procedimiento posterior: “De acuerdo con el protocolo procedí a realizar la denuncia correspondiente en la Comisaría 32ª y envié notas al Juzgado de la Doctora Servini de Cubría, a la Jefatura de la Comisaría 32ª, al Jefe de la Prefectura Naval Argentina, al Secretario Berni y a la Supervisión Escolar.

La Dra. Servini de Cubría resolvió que la seguridad de los bienes de la Escuela fuera garantizada por el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires custodiada en los futuros comicios del 5 de julio y eventual 2ª vuelta del 19 de julio.

El comisario se presentó en la escuela con dos colaboradores a quienes designó para seguir el caso. Se interiorizaron de la situación, de la presencia de cámaras en el establecimiento, fueron informados acerca de que no existían grabaciones de lo ocurrido ni denuncias formales de los vecinos y, luego de realizar una inspección ocular y sacar fotos de las instalaciones y las cámaras, estimaron que el caso era de difícil resolución. Hasta el momento no hay novedades”.

 

Se sustrajeron durante un acto eleccionario dos enormes y pesados aparatos de un establecimiento escolar público, con una única salida, custodiado por la Policía Federal. Curioso ¿No?

Mario Bellocchio

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