Chau Lobo Fischer

El viernes 16 partió hacia el Olimpo Azulgrana el Lobo Fischer

Ese día San Lorenzo jugó un amistoso ante Lanús. En el entretiempo las formaciones alineadas en el Bidegain despidieron con un emocionado minuto de homenaje a un proverbial  ídolo fallecido ese día, había muerto el Lobo Fischer. Señalaban en la página Azulgrana: “ídolo eterno, goleador de los legendarios Matadores y gloria del fútbol argentino, San Lorenzo lamenta el fallecimiento del querido Rodolfo Fischer, a sus 76 años. En el entretiempo del amistoso ante Lanús lo despedimos con un respetuoso minuto de silencio. ¡Hasta siempre, Lobo!”.

“Gracias a Dios pasé años muy buenos en San Lorenzo, tuvimos grandes equipos, con excelentes jugadores, yo era uno más de ellos. Aquel de Los Matadores en el 68, con el que salimos campeones invictos, fui goleador. También el del 72, por lo menos en la primera etapa. Ese fue un bicampeonato, Metropolitano y Nacional. Son satisfacciones muy grandes”, decía el lobo, hace poco tiempo, en declaraciones a una emisora de su ciudad natal, Oberá, en Misiones.

Fischer nació en Oberá, provincia de Misiones, el 16 de julio de 1944. Allí empezó a patear una pelota, a meter los primeros goles de pibe. Hasta que en 1963 puso sus pies en San Lorenzo. Fue quemando etapas y tras rendir en la Tercera, hizo su estreno oficial en Primera en 1965, ante Argentinos Juniors. Su velocidad para lanzarse al ataque hacia los espacios libres fue una de sus características. Un jugador infalible en el contraataque. Una de sus habilidades con el balón era hacer la popular “bicicleta” para sacarse de encima defensores rivales.

Integró el plantel de uno de los mejores equipos de la historia del Ciclón y del fútbol argentino: Los Matadores. Fue campeón de los torneos Metropolitanos de 1968 y 1972 y del Nacional ’72. Salió goleador del campeonato local en el Metro del ’68 y el Nacional de ’69.

Los que compartieron con él esos días de fútbol, cuentan que siempre se mantuvo en un perfil bajo y que desde la humildad y el sacrificio sentó las bases de su carrera. Profesionalismo y disciplina. No hay quien hable mal del Lobo.

Está en la historia grande de San Lorenzo, club en el que jugó en total 272 partidos y convirtió 145 tantos. Con esa cifra se ubica en el cuarto puesto de la tabla de goleadores históricos, detrás de José Sanfilippo (207 tantos), Diego García (168) y Rinaldo Martino (166). Y ocupa el lugar 32º entre los máximos artilleros del fútbol argentino.

El 22 de agosto de 1967, en un partido amistoso frente a México, se estrenó en la Selección. Con la casaca de su país, Fischer disputó en total 35 cotejos, con 12 anotaciones, entre el ‘67 y el ’72. Todavía mantiene una marca especial: además de haber sido el primer futbolista citado mientras estaba en el exterior (en Botafogo), el Lobo sigue siendo el último delantero albiceleste en marcar cuatro goles en un mismo encuentro.

Fue ante el seleccionado de la Concacaf durante la Copa Independencia realizada en Brasil, el 18 de junio de 1972. Fischer gritó a los 26 minutos del primer tiempo y luego a los 22, 35 y 40 del segundo. Lionel Messi estuvo cerca de igualarlo el 10 de octubre de 2017 cuando hizo tres ante Ecuador en Quito por las Eliminatorias. Pero le faltó uno más.

Botafogo, Vitoria de Bahía, Once Caldas de Colombia, Sarmiento de Junín y Sportivo Belgrano de San Francisco fueron sus otros equipos.

En Monte Grande, un grupo de hinchas se encuentra en pleno armado de una nueva peña. La idea era contactarlo al Lobo para que le diera su nombre y sea el padrino. Ahora, ese será el mejor homenaje para el goleador que partió, pero que siempre quedará en los corazones azulgranas.

 

Fuente de Información:

Mundo Azulgrana

 

 

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