100 años de deudad

Cómo celebrar 201 años de Independencia adquiriendo 100 años de dependencia

CRÓNICAS POÉTICAS DEL TERCER MILENIO

Por José Muchnik. Muestrario de hechos verídicos, otra mirada sobre los tiempos presentes para los habitantes del futuro. Junio 2017

Para nosotros, nuestros hijos, los hijos de los hijos de nuestros hijos…, deudad crónica carcomiendo la médula de futuras generaciones. Yo, ministro de su santidad Tripleme, delegado general de los Sefikill1 en estos condados, os condeno por pecadores y lujuriosos, por querer consumir más allá de vuestro rango, al pobre lo que es del pobre, ni más ni menos, mejor menos que más.

Disculpa el plagio Gabo2, que me disculpen también los habitantes de Macondo, deudad como soledad, cuando llueve 100 años se incrusta en huesos y mentes, el moho penetra los mínimos poros.

Deuda convertida en enfermedad crónica, así definimos la deudad, continuando nuestro esfuerzo de crear palabras para nombrar un mundo que los diccionarios no alcanzan a describir. Mis contemporáneos, en particular la gente de un barrio llamado Boedo, de un país llamado Argentina (que sí existía antes de que la deudad lo aniquilara) se burlaban de Josecito, creían que inventar palabras era una diversión, que lo hacía para entretenerme. Ustedes, habitantes del futuro, saben que no fue así, que en estos años la deudad destruyó millones de vidas ilusiones horizontes.

El virus penetraba en todos los niveles, individuos empresas países continentes…, podían ser atacados. Su forma de actuar era sencilla: nos endeudan quiebran dejan de rodillas, nos compran por moneditas, nos alimentan como a condenados antes de la ejecución, para concluir nos venden obteniendo faraónicas ganancias ¿Quiénes?  ¡¡¡¿¿¿Todavía me preguntan quiénes???!!!  ¿No leen bien el diario Desde Boedo? ¿O no leen bien estas crónicas? Me pregunto querido Mario para qué darles a leer margaritas a los…

Disculpen estimados lectores, no se imaginan el estado en que estoy… ¡Los Sefikill señoras y señores! ¡¿Cuántas veces tengo que decirlo?! Si quieren llámenlos buitres, ya les dije que esos nobles animales no tienen culpa alguna, cumplen la misión de limpiar la carroña del planeta, no son ellos la carroña.

Sinceramente quería hablar de algo más alegre, pensé en la boda del siglo, Lionel Messi / Antonella Roccuzzo, escotes celestiales flores paradisíacas luces olímpicas, las estrellas del mundo en órbita sobre alfombra roja, riñones a la provenzal cazuela de mollejas chorizos bombón jamón crudo reserva oro…, divinas ambrosías extasiando célebres paladares. Doscientos sesenta invitados trescientos cincuenta guardias de seguridad, nubes de periodistas cámaras drones perpetuando el glamour… Todo por cien ¿Tal vez doscientos? ¿O trescientos millones de dólares?… ¡Qué importa! La alegría no tiene precio. ¡Explosión de chodemia3! Mostrarse para existir, oficio de famosos. Felicidad en imágenes alcanzando los lugares más recónditos del planeta. Cuando la carta que transcribo a continuación llegó a este cronista, no tendría que haberla leído ¡Siempre hay aguafiestas!

“Querido Lionel: Antes que nada, te queremos felicitar a vos y a Antonela por los festejos de tu casamiento. La familia es lo más importante que tiene un ser humano […] Si ya de por sí una boda es motivo de alegría, que sea la tuya la que se festeja este viernes es una alegría doble: vos sos uno de los hijos de Argentina más importantes de todos los tiempos. […] Y es por esto que te decíamos sobre la familia y los afectos que nos tomamos el atrevimiento de escribirte. Somos más de 30 limpiavidrios que llevamos el pan a la casa con nuestro trabajo. Que es poco, que no alcanza, pero que es digno. Por tu historia personal vos sabés lo que es esforzarse cuando todo es adverso. Sabemos que nos vas a entender […]. Es por eso que nosotros encontramos en este oficio una salida a la situación tan dura por la que pasan miles de argentinos. No sabés qué jodido es nuestro laburo. Cuando hace frío, y tenés que meter la esponja en el agua helada, los dedos se te adormecen. […]  Lionel, hermano, te escribimos porque no creemos en las casualidades. Que te cases en la esquina en la que nosotros laburamos todos los días, es para nosotros motivo de orgullo. Pero también de preocupación. Durante todos estos días, nosotros, que tenemos nuestra parada en Batle y Ordoñez y Boulevard Oroño, no vamos a poder trabajar debido al operativo de seguridad. Y si no trabajamos, nuestra familia no tiene cómo parar la olla. Es por eso que te pedimos que intercedas por nosotros para que podamos llevar adelante nuestra tarea con normalidad. Somos simples laburantes, y laburar es lo único que queremos. […] no tenemos más que ofrecerte nuestra admiración […] Y unas gracias gigantes por todo lo que vendrá. Saludos para vos, tu señora, tus hijos y tus padres. Limpiavidrios Unidos de Rosario CTEP Rosario 29 de junio de 2017” (para acceder al texto integral de esta carta consultar el face book CTEP Rosario)

Tantos hechos merecían que dejara mi testimonio, mas tuve que rendirme a la evidencia: las bodas son efímeras. Ustedes, habitantes del futuro, ya se olvidaron de Lionel y de la farándula en el City Center de Rosario, pero aún reciben ondas de la deuda de 100 años. A pesar mío “100 años de deudad” se impuso como la noticia central de esta crónica de junio del año 2017. Fue a mediados de mes cuando llegó el ministro de Tripleme y ordenó ¡Que 100 años dure la deuda! ¡Que rinda 7,9 % anual! ¡Que glorificados sean los bancos aquí en la tierra como en el cielo! ¡Poco importa cómo forniquéis! ¡Naceréis contaminados con deudad en el siglo a venir! ¡Poco importa si se suicida un jubilado! ¡Poco importa cuántos discapacitados caigan en el camino! ¡Honraremos un siglo de deuda! ¡Amén!

Lamentablemente, como decía, siempre hay aguafiestas, limpiavidrios o poetas perturbando la bancaria sabiduría, arrojando palabras picantes que arden en la boca. ¿Quién conoce la deuda? / ¿Quién suma? ¿Quién se atreve a multiplicar el engaño de las cuentas? ¡El que sepa que arroje la primera cifra! ¿Nadie se atreve? ¿Nadie sabe desde cuándo contar? ¿Si desde los días aquellos en que el tiempo color turquesa se paseaba entre los hombres? ¿O desde las horas opacas en que un péndulo plomizo comenzó a condensar el tiempo? ¿Nadie se atreve? ¿Nadie sabe qué contar? ¿La intensidad de saqueos soplando del norte? ¿O el caudal de riquezas extraídas del sur?. ¿Toneladas de plata que nadie socorría? ¿O hectáreas de verde precioso arrancadas a Dioses de jade y esmeralda? ¿Nadie se atreve? ¿Nadie sabe siquiera en qué unidades contar? ¿Humillaciones en arrobas? ¿Cinismo en yardas? ¿Quién sabe dividir capullos de algodón unidos por el mismo canto? ¿Quién sabe multiplicar brazos y cañas confundidos en el mismo viento? ¿Quién sabe? ¿Cuánto es uno más uno? ¿Cuánto es un fuete más un remo? ¿Cuánto es una playa más un destino? ¿Cuánto es una tempestad sin cielo más una noche temprana en el socavón de la mina? Ya veis señores qué difícil contar. Qué difícil saber ¿Quién debe a quién? Entonces… Si nadie se atreve a contar, si nadie sabe quién debe a quién ¿Por qué no anular signos? ¿Por qué no anular deudas? La de sangre caliente y creencias arrasadas contra millares de moneda verde estampados a medida. ¿Por qué no imaginar una era nueva? Una era poética para venerar la tierra, pedirle perdón por todo. Una era de hermandad sin deudas, para aprender a hablar y a escucharnos nuevamente4.

Tal vez, limpiavidrios o poetas, tengamos que pasar palabras como trapitos para desempañar la visión de este mundo.

 

[1]. Sefikill : SErial FInancial Killers, José Muchnik, Editorial CICCUS, Buenos Aires, 2014.

  1. 2. Gabo: apodo de Gabriel García Márquez, autor de la célebre novela “100 años de soledad”
  2. 3. Chodemia: Epidemia que impulsa la gente a mostrarse para existir. Del inglés Show: mostrar, y del griego “demos”: gente, pueblo.
  3. 4. Texto extraído de “Proposición poética para anular la deuda externa”, José Muchnik, Editorial L’Harmattan, ed. bilingüe, Paris, 1993.

 

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